Las bellezas del rey
los palacios del harén imperial. El invierno había llegado por primera ve
esde sus palacios la entrada
o conformaban, la emperatriz; su esposa principal, la consorte Akil; representante de una de las familias influyentes del imp
al palacio que se alzaba imponente sobre el resto
manera individual para conseguir el favor del rey. Pero resultaba casi imposible ganarse su aprobación compitiendo con una p
ingresa a los palacios y vuelve a reunirse con
u majestad seguro la recuerda -
oritismo del rey con la emperatriz como por la
i descuidada con mis p
da. No era la favorita del rey y tampoco le había dado hijos, si una mujer entraba al palacio y eventualmente esta se ganara el favor del rey y ademá
·
o de la emperatriz hasta llegar a sus habitac
d -la mujer lo salud
reguntó el rey mientr
que su majestad
ado ocu
es el jefe del estado y esos asuntos son más impo
an simples como aquellas lograba ga
rsenal de encantos con tal d
están l
n la niñera mientra
la cabeza y caminó inq
a algo,
el supuesto desinterés en mis mujeres y es
ber de la selección hacía que la emperatriz se llenara de celos. En tres años esa sería la tercera vez que se celebrar
del harén del rey y una de esas era su capacidad para mantener r
cumplir los 30 años. Las esposas que confor
mi madre imperial. Debes ayud
rnativa mientras una sonrisa
tación está lista-. Una
las puertas tras ellos. La noche auguraba ser corta para quiénes dor
.
a de la señora Cadi dañó la mañana de la joven reina. Muy bien era conocido su carácter entre las demás esposa
a emperatriz -saludó con
as, no debes tener tal forma
y está por encima de mí. Le d
trae a mi
i pabellón de que el rey
heredero y nosotras solo
mplieron 7 años. ¿Permitiría
sa hizo la peti
, luego al cumplir los 23 años, adquirió otra, esta era la señora Cadi. Fue esa misma mu
uestro trato. Si cumple lo que le pido, p
suplicó desesperada mientras caía
animal mientras con desinterés escuchaba a la señora Cadi. En sus oídos las palabras de la mujer eran un teatrillo barato y sin
o eres una esposa oficial. Te permití elev
e. Por favor, podría hacer cualquier otr
mosa alfombra del palacio hasta llega
ogrando acomodar así ricamente a su clan. Para la emperatriz esta mujer era su lacay
eña cámara. La señora Cadi desde el suelo pudo escuchar el tintineo de los pendientes de
edes gastar todo el tiempo que quieras, solo al
a y limpió sus lágrimas. No importaba cuántas lágrimas derrama
lico el primer capítulo de las bellezas de