LA ESPOSA EQUIVOCADA DEL ITALIANO
sonrisa involuntaria dibujándose en mi rostro. El familiar olor a desinfectante barato
a de la revista desgastada que está leyendo.
, incorporándose en s
i cama, el colchón delgado
sando la conversación-. Un amigo de Giuli
xpresión una mezcla de esc
uien importante. ¿Y d
eranza burbujea
ree. Dice que conoce a la verdader
eria-. Sé que quieres creer que alguien finalmente está de tu lado, p
e la visita: la reacción de Marcello al escuchar mi historia, su promesa d
s míos. Cuando termino, se queda en silencio por un
verdad -dice finalmente-. Pero e
ano por el pe
Sin él, estoy atrapada aquí, ac
a mi lado, poniendo una mano
ado, ¿vale? No le des toda tu confian
decida por su
, te lo
o el aire. A pesar de las advertencias de Lina, no puedo evitar sentir un rayo de esperanza. Por primera v
e, por preocuparte. Prometo ayudarte también a
linda, ya de a
un gesto raro
elda, ¿no? Ahora, cuéntame más sobre ese abog
ati, siento una chispa de algo que había olvidado: optimismo. Sea lo que sea que m
prisión. Me encontraba sentada en un rincón alejado, mis dedos trazando figuras en la tierra húmeda. Por
ras que se cernían sobre mí. Cuando levanté la vista, me encontré rodeada
er alta con un tatuaje de serpiente en
río co
ino a ver un abogado. ¿Cre
pero una mano pesada me
la del tatuaje-. No vas a sa
y otro más. Intenté protegerme con los brazos, pero eran demasiadas. Los puñ
a voz de Lina, cortan
a en paz
atacantes. En su mano brillaba algo: una navaja improvisada. L
ue se lleva esto en la
el suelo, semiconsciente, el sabor metálico de la sangre en mi boc
es? Resiste, ¿vale? V
más, el sonido de botas resonó en el patio
no de ellos, mientras ot
estó Lina-. ¡Ell
mundo giraba a mi alrededor, las voc
por completo fue el rostro preocupado de Lina desapa
a por un miedo frío y penetrante. ¿Sería este el fin de mi lucha por la
ce entrecerrar los ojos, intensificando el dolor que siento en cada centímetro de mi cuerpo
e? -pregunto, mi voz a
ás cerca, su expresión una me
bogado, ¿
ír, pero incl
enos me deja
ave-. Los Rossellini están presionando y, viendo cómo te d
ceño, co
dices, Marcello. E
triste cruza
cadáver de la
pero hasta esa
l es t
espiración profunda
ertirte en Gi
por un momento, pro
a mujer de quien me han acu
finalmente, mi voz mezclada con
el borde de la cama, s
mos. Los Rossellini no se detendrán hasta ver a alguien pagar por
y Giulia -prot
os-. Pero si queremos sacarte de aquí con vida,
s palabras. Cuando los abro de nuevo, ve
on la verdadera
lo sus
escubrir. Pero primero, tenemos que m
almente alguien acusada de asesinato, me aterra. Pero mirando alrededor de la habitación del
emos? -pregun
a aparece en el ro
as recuperarte. Luego, comenzaremos t
ación. No sé en qué me estoy metiendo, pero si esta es mi única op