LA ESPOSA EQUIVOCADA DEL ITALIANO
ía otra visita inesperada hoy me negué, pero
sí podría c
s, traje impecable, me mira como si fuer
gunta, su voz
da de este jue
cen que
e alzan, so
... no tiene
o, confundida
frase en el aire, esp
u amigo -responde, incl
do en su rostro algún indicio de
de repente-, has aguant
na risa
. La cárcel no me deja usar teléfono ni nada p
su mirada sigue siendo
d no recue
controlar mi frustración. Cuando los abro
dos aquí decidan por mí. No sé quién es Giulia, no sé por qué estoy acusada
esado. Marcello me mira, una mezcla de so
bre me sobresalta-. Sé que estás confundida y asustada.
emanas, siento una c
mo sabes mi
na aún más cerca,
osas. Y voy a sacarte de aquí, pero necesito que me
ciente de las cámaras en
do confiar en
te, comp
única opción. ¿Qué dices? ¿Está
do mis opciones. Finalme
o que sé. Pero más te vale que no es
nigmática cru
r. Esto es so
sus ojos azules nunca abandonando los m
oz suave pero firme-. Cu
gradecida de que alguien finalme
erto de Amalfi, regresando a Nueva York después de unas vacaciones para las que me cost
ntinuar. Sus ojos muestran una me
er. Era... era idéntica a mí, Marcello. Como si fuera mi hermana g
ndándome. Marcello se inclina hac
só despu
alguna, la policía me detuvo. Desde entonces, todos insisten en que soy esta tal Giu
por un momento, procesando m
reo,
o, sorp
ver
sien
ue te escucho hablar, que veo tus gestos... sé que no eres ella. Como también se que es extraño que
ira
ulia es hija única, a menos que.
evanta de mis hombros.
-pregunto, desesperada por entender
ceño, su mente trab
en grave peligro, Ambar. La familia de Andrea Rossellini D'Avalos es muy po
oy solo una pintora que estaba en el lu
ir de aquí y a descubrir la verdad. Pero necesito que confí
ún indicio de engaño. Solo encue
nfiaré en ti, Marcello. Pero por fav
tensa cruz
untos, descubriremos qué le pasó
zcla de miedo y esperanza. No sé en qué me he metido, pero al menos ah