El hijo secreto del billonario
ró agachada, mientras agarraba la mano de Domini
rceptó a mitad del trayecto, mirándola a los oj
lla y deslizó su cuerpo hasta los escalones-. Sé que mi padre querrá matarme cuando sepa que no hice la entrevista, pero no
ella y, al notar la desesperación de su amiga, trató de ser solid
fondo, solo intentaba ayudar. Pero en ese caso, no había mucho que hacer. ¿Benjamín lo había hecho a propó
era hora de marcharse. Bajaba las escaleras apresuradamente. Quería des
tonella se detuviera bruscamente, asustada por lo que acababa de escu
que Dominique fuer
garrándola por los hombros-. Vámonos de
pestañas de Antonella temblaran-. No aceptará tus excusas, An
ojos verdes -el comentario hizo que Dominique sonriera
isto -el comentario hizo que Antonella pusiera
sus excusas, fueran cuales fueran. Necesitaba conseguir un empleo urgentemente, no solo para calm
esta ciudad -murmuró-. Encontraré un trabajo mejor, en un
ucía de regreso a casa de Antonella-. Pero
resión de que estás in
miró, sintién
sin mirarla directamente-, y si lo mejo
tería del pueblo. Mientras desayunaba, buscaba en internet vacantes de empleo en los alrededores. Su semblante estaba preocu
u teléfono sonó. Se llevó un gran susto al ver que la
alideció al atender la llamada y escuchar la
nrico la trataría como a una niña-. Óscar acaba de llam
arganta. No imaginaba que las noticias ll
e, y escuchó un gruñido al otro lado de la línea-. Te pid
tan alto que Antonella temió quedarse sorda-. ¿En qué trabajarás, Antonella?
stro. Tragó todo el dolor que las palabras de Enrico
gruñir por décima vez-. No me esperes pa
con fuerza mientras sentía cómo Dominique intentaba consolarla. Aunque no estuviera
s ya estaban dormidos. Al día siguiente, hizo lo mismo. Salía temprano
Las exigencias de Enrico se habían vuelto insoportables, y Antonella empezó a
a la empresa. Había acordado con Óscar, su tío por parte del padre, que haría la
ó toda la comida que había ingerido esa mañana. No le había contado a nad
rró los ojos con fuerza y terminó su pen
ró a Dominique, alarmada por la expr
r con eso? -pregun
nta, Antonella -insisti
é lo que estás pensando y no hay ningu
? -El rostro de Antonella se sonrojó de golpe-. Sin emb
ismo instante en que entendió a lo que Dominique se refería, esta la tomó del brazo y la arrastró has
aba el vaso lleno de orina donde reposaba la tira blanca de la prueba-. Voy
que estás embarazada -Dominique sacó la prueba
Antonella expl
ando. No podía estar em