Nefilim Ángel Caído 2
y la
lo 1 l
SR
marca de un caído, devolvió tanto que me asusté, entre arcadas intento hablar, me arrastré hasta
mi dolor y vi como la hería a ella, me aparte ipso facto, dejándola boca arriba, sintiéndome impotente y frustrado, por no poder hacer nada, asi que olvidandome de mi propio dolor me concentré en ella, en nosotros, en aquel dia
uviera ahí y gritaba con tanta desesperación, casi me quedé paralizado sin saber que hacer, la imagen que tenía de ella, alguien destrozado por las ment
despierta!
ncias tendría, pero de algo estaba seguro, no iba a permitir que ella muriera... al abrir sus ojos sus manos se aferraron a mis brazos... en ellos leía la confusión... vio para ambos lados y despué
podía entender si me hablaba a mí o así misma – Los... Recuerdos... Son... – su
mi cabeza – se tocó la sien con sus de
ella e
to, solo dolor, culpa, desesperación y confusión. No yo mismo entendí
r que mis emociones me dominen justo ahora no le haría ningún bien – Ella está bien.
a y lo logré!... ¡No se!... ¡¿Porque?!...¡¿Porque lo hice I
mi mismo, porque mientras ella estuviera herida nada estaría bien, gritó aferrándose en mis brazos, l
eran horas o minutos. Veía una serie de imágenes sin sentido y hasta que ella se recuperara todo cobraría sentido. Cuando cayó exhausta tuve que alejarme un poc
or, aparte varios árboles para hacer más espacio. Aunque este deshielo no era posible que acabara nunca, apile los árboles en una orilla de nuestra posición, después ya vería qué hacer con ellos, pensé en conseguir vendas, en que hervir agua,
e estaba bajando sobre una inclinación hacia el mismo, me dejé resbalar para medir el es
a sus casas, serían las 7 pm y el sol ya se ocultaba entre las montañas, mientras caminaba pude ver al grupo de tarahumara yéndose a su hogar después de un día de trabajo, pero vi también que josé que se encontraba junto a ellos y no podía acercarme sin Yanis, ni mucho menos darme el lujo de explicaciones porque eso tomaría tiempo, tiempo que no podía dejarla sola y mucho menos, si sabes que estábamos aquí bajo amenaza, el sol se ocultó tras las montañas, la noche pa
lanca, esta era mi oportunidad... corrí hacia él golpeándolo con la suficiente fuerza para hacerlo rodar sobre su cabeza, se escuchó el golpe al impactar contra la cera, pero no se levantó, solo gimió un poco, me acerque quitándole el rollo de su bolsa de la camisa, fingiendo que lo
-cho"..hipo un poco sosteniéndose d
acia de 24 horas, compre lo esencial, regresaría al amanecer para comprar lo