Nefilim Ángel Caído 2
ítu
as de
ra
ntuvo alerta durante los primeros dos días, no parecía mejorar, la fiebre iba y venía, cuando estaba más o menos consciente seguía con esa actitud s
me pateo
ar con esto ya. No sirve de
¡No quiero q
titubee porque solo recordarlo me hería y ella no parecía darse cuenta – No v
no me dejaste morir?!.¬ cuanto seria lo que recordó para decirme eso... para e
lesto ¿Como podía pensar así?... me engañe a mi mismo diciéndome
r... yo no debería estar vi
ncoherente, acaba de verla moribunda no hace unos días y ella lo sabía. Me
ace años... no fue tu culpa, sol
tado la verdad sobre mi origen, estaba tan molesta y corrí lej
odía darle ningún tipo de consuelo, ella se sentía culpable, pero solo empeoro las cosas, empezó arrojar todo l
cordar nada?... Solo s
tar bien – Sobé su hombro intentando t
porque!...¡Lo intento y no puedo!. ¡Recordar!. ¡Nada!... ¡Ya no l
po – pero nada de lo que le dijera en esos momen
..¿Como podía darles eso que ellos querían?... si al mismo tiempo temía por su vida... quería aferrarme a esa palabra " Fe" El dolor la había hecho perder la razón, la fiebre no paraba de empeorar s
una vez yo lo hice. Poco, a poco fue dando espacio a su locura, me quede esperando que se cansara, has
n sus hermanos, me había hecho esa promesa, solo por
rosa huyendo de sus sueños, eso la cansaba mas, tenia que esperar a que me permitiera curar... la fiebre empezó a ceder, pronto pude ponerla cerca del sol para curarla, descubrí que el veneno no le permitía
acerlo, parecía preocupada por mi, era como si intercambia
mo estas?...
omento verdad? – en su vo
cabaña. Me acerque con mucho cuidado y comencé a quitarle las vendas que había puesto en uno de sus brazos, ella solo me miraba en silencio, me alegro ver que sus heridas ya casi había desaparecido, me fui ala de la cabeza y esa si ya no se notaba, después recorrí su hombro con delicadeza, entonces me detuve, porque algo que ella
debió ser difícil. Aunque ya me has tocado antes – que sintiera vergüenza de recordar nues
no...– b
cesario aunque
... no diga
mucho por
r moverte por ti misma. De acuerdo. Por favor
has hecho mucho para mantenerme
ubriendo otras que no fueron acusa de nuestra caída... los cortes eran con algún objeto afilado, pero muchos de ellos en su vientre, en sus piernas, muslos para ser exactos... este tipo de tortura solo lo había visto cuando se interrogaban a los traidores que capturamos en nuestros tiempo. Me estremecí solo de recordar el aspecto que tenía su cuerpo hace una semana atrás.
dando, alentando la que se pusiera bajo el sol, la ayude lentamente para que pudiera caminar, era muy difícil sostenerla sin lastimarla, debía encontrar otra forma para moverla pero por hora debía reposar, tardaríamos otros días más en poder regresar para que ella pudiera caminar, esa misma tard
encontrar un teléfono público, en cuanto divise el pueblo tuve que reducir mi
ila, parecía haber estado llorando. Lo cual
oy
. ¡Estábamos vueltos locos! – detrás de
está bien... Est
éfono– habló
te...¿Porque est
sé estará esperándolos les daré una dirección nueva
stá bien?.
aga
nos – les con
estuviera, pero no fue así, empecé a caminar de regreso, sabía que si me alejaba lo suficiente podría iniciar una carr
a voz masculina, reconocería esa v
¿Qué hac
mo te pr
tu?... ¿Que haces aquí?... ¿Có
o ahora...soy refugiado
cuándo es
hos humanos están siendo masacrados... ¿Tu sabes que pas