Nefilim Ángel Caído 2
ítu
ra
suelo de rodillas, algo que
lágrimas, porque iba a llorar de desesperación, esto no podía terminar aquí, p
e desesperado, " No puedes dejarme,
o, mire al cielo suplicante con ella en mis braz
. Si me estás escuchando. Te lo pido. ¡
terré mi rostro en su cabello, su olor a rosas seguía ahí, tan dulce, tan embriagador, siempre fue mi aroma f
... ¡Vuelve! ¡Llévame a mi... llévame, te doy mi vida por la de el
no ella, dar mi vida por ella, me aferre a su cuerpo como si de esa manera fuera a impedir que su alma lo dejase y llo
Pum... P
es llenas de las hojas secas, mis manos estaban temblando mientras recosté su cuerpo poco a poco y me quede hincado con ella frente a ella... hacía m
sí podría hacerla volver con sus hermanos, mi voz estaba ronca y tembloros
iar a esta vida que tenía, dejaría que mi alma abandonase mi cuerpo, le bese la frente, porque ella tomaría mi vida, mis recuerdos, mi esencia le serviría para d
esa misma daga que una vez mi padre mi protec
s la dio a nosotros y que cuando quisiéramos, él podría tomarla porque no nos pertenece, es por el que aún seguimos vivos, es por un propósito por el cual aún estamos aquí, esto fue lo que me contaba en sus historias mi maestro
la viviera, ella la tomaría antes de que se separara de su cuerpo, aún tenía tiempo... Respire profundo, p
te forma, como energía de fuego, luz de fuerza o alma en cuerpo. Su tacto era cálido, y me transmitía una paz que jamás había sentido, estaba descalza con su uniforme que l
tenece? – me habló en japonés y respon
ley
pone que est
nose... no pu
í? – comprendí que ella venía
ientras iba comprendiendo la situación que
sea el momento obedecerás sin preguntar?... Tienes que dar para recibir, ella está siendo reclamada
zos y su respiración se vuelve acompa
e pertenece a nadie... si quieres cambiar eso, tienes que dar algo a
favor, no la aparten de m
arás lo que se te pida? sin
ue ella viviera, Su voz era calmada, suave como si hablara entre l
– Soy parte de ti como ella es parte de nosotros... cuando tomaste mis rec
. yo cre
odamos vivir, al menos las tres personas que vivimo
vió más fuerte, la había perdido. Me aferre a su cuerpo con más fuerza, como si eso sirviera para que no pudiera escapar su
pe y la mire como si nunca la hubiera vist
mbos lados y sobre sus dedos, ella no parecía importarle hasta que se quejó de dolor, su cuerpo empezaba a tener una temperatura normal, no me importo tan poco que en el pasado me hubiera prohibido que no volviera besarla, lo hice una y otra vez hasta que al final no despeje mis labios de los de ella hasta calmar mi llanto, pasar
sada... qui
hasta su cama hecha con unas sábanas que encontré en un tendedero
qué es
nos, un brazo, a limpiarle la heridas de la cara, tenía
punto entre sus costillas mi
ayudarme, no
s acabas de darme un sust
teo con debilidad, t
entre las mías notando como la fiebre l
a estar aquí... No debería estar vi
su ropa con agua fría durante la noche, mantenerla fresca, solo así evitaría que empeorara, el sol salió entre los árboles, pero no podía moverla hasta que estuviera lista para sanar, todo el ven