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AMANTE DEL MAFIOSO

Capítulo 10 Encuentro Feroz

Palabras:2572    |    Actualizado en: 13/12/2024

stia en Maximus, pero entonces ella levanta el rostro sus facciones femeninas recatada y perfecta, su rostro derrocha la seguridad y el orgullo dándole un claro recordatorio a Maximus Albani que estab

rá ser buena, pero no estúpida y demasiado fácil de doblegar - ¿vas a amenazarme siempre con e

ación aquí ha terminado, como buen Líder le voy a informar a James Campbell que debe de cuidarte de la Organización de mercenarios de Italia - Maximus saca su teléfono celular marca algunos números y por escasos dos s

a reaccionado arrebatando el móvil de la mano de Maximus, por supuesto no quería dejarlo caer, pero no pudo hacer absolutamente nada,

ue cumplas con tu palabra de protegerme - ella agradece mentalmente p

ello depende de

de valor para decir aquello, aunque

como me entregas tu cuerpo esto es un intercambio

Ella seguía de valiente

, tendrá de por vida toda la exclusividad que provenga de ti, pero el único que domina IMPERIUM, s

molesta aún más a Maximus que se lleva por delante el cuerpo de l

aliento de menta mezclado con whisky

da de Maximus, que la toma del cuello, aquel agarre provoca un tirón en el pecho de la mujer, el calor del cuerpo masculino se hizo

ui tu primer hombre, vayas a donde vayas no podrás olvidarme seré como un tatuaje en tu piel - Helen al escuchar aquello

ue iba acrecentándose con el pasar de los segundos, una tensión que parecía tangible, cargada de una urgencia silenciosa, las sombras en el balcón bailando, como emociones caóticas arremolin

en aquella mirada, el silencio los abraza, entonces el hombre se acerca más con la respiración entrecortada Agarrando nuevamente de la barbilla a la pequeña mujer, para el hombre el calor de su cuerpo ya estaba volviéndose insoportable y ella siente la fuerza en las manos de su acompañante, la manera en la que s

e con su fuerza, posesividad y ferocidad, ella podría describirlo como el sabor, salado, cálido y crudo con un toque de superioridad de la realeza absoluta, ella podía sentir los bordes afilados de la anticipación atravesando el placer como un cuchillo que la traspasa, la

as comisuras de sus ojos un recordatorio de que esto era no deseado, era forzado, no obstante su cuerpo tal parece haber olvidado aquello, porque para otros quizás estos actos son de felicidad con su ser amado, pero para ella no se quita que es, terrible y doloroso a la vez porque

gencia que amenazaba con consumirlos por completo. Su beso se convirtió en un diálogo, uno que resonaba en jadeos y suaves gemidos, una hermosa guerra de emociones conflictivas que no podían ser silenciadas. Volcaron sus almas desentendidas en ese abrazo, ella era amor, él era dolor causado por el abandono, han crecido de manera muy dis

anhelo insatisfecho. En ese beso, habían probado tanto la profundidad del placer como los agudos bordes del dolor, entrelazados como amantes atrap

ose, pero Maximus no le había respondido, ella manten

ez qué haya sido albergado hace unos instantes con el beso, Maximus se escuchaba distante y peligroso, el

lo con la lencería blanca, cuando Maximus se da la vuelta la contempla con devoción, sus ojos azules centelleando de deseo, así que lentamente se acerca a ella y por instinto

sta detenerse en la mano de ella y allí Maximus se detuvo sacando algo de su bolsillo el anillo deslizando por el dedo de Helen - Mía, mi pr

la rutina mundana a la que se había acostumbrado. Frente a ella, Maximus estaba con la respiración acelerada y el cuerpo lleno de energía indómita, el hombre la acomoda en la cama abriendo las piernas de la mujer muy lenta como si estuviera disfrutando aquella acción, mientras

y cuerpos desnudos entrelazados, por supuesto el cuerpo de Helen estaba preparado. Al instante, las sensaciones se dispararon: el impacto de Maximus en el interior de ella fue agudo, una sacudida repentina que envió una onda de choque a través de sus cuerpos. El dolor floreció en c

placer floreciendo. El sonido del choque de sus cuerpos estaba mezclado con jadeos, la dualidad era casi embri

piraciones se entremezclaban, en cómo su mirada captó la de ella con un impulso tácito. El mundo que los rodeaba se desvaneció en un telón de fondo una vez más olvidando sus razones, perdiendo la conciencia, silenciados a medida que los colores de su momento se intensificaban, las venas de Maximus eran visibles

la podía sentir el contraste que se gestaba, Helen se muerde los labios emitiendo gemidos que iban en aumento, los movimientos de Maximus eran certeros el temor de ella era ser partida en dos. El dolo

cló, y todo lo que quedó fue esto: el pulso de dos corazones humanos con sus cuerpos desnudos chocando violentamente, pero encontrando un ritmo extraordinario juntos. En esta colisión, estaban perdidos y encontrados: enredados en la pasión, entonces Helen emite un grito, algo desconocido azotaba su cuerpo, enviando ondas eléctricas desde su feminidad a todo el cuerpo, sus ojos se empañan de lágrimas por la intensidad del orgasmo que la sacude al igual

la - Helen no estaba entendiendo a que estaba refiriéndose Ma

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1 Capítulo 1 Cumpleaños2 Capítulo 2 SACRIFICIO3 Capítulo 3 Marcada4 Capítulo 4 Inigualable5 Capítulo 5 Nada que ocultar6 Capítulo 6 Desfile7 Capítulo 7 SU DECISIÓN8 Capítulo 8 CAYO EN LA TRAMPA9 Capítulo 9 Exclusividad10 Capítulo 10 Encuentro Feroz11 Capítulo 11 Cláusula12 Capítulo 12 Culpa - Viaje13 Capítulo 13 HACER EL AMOR14 Capítulo 14 Probando pizza15 Capítulo 15 Se que no vas a destruirme16 Capítulo 16 Conversar17 Capítulo 17 Busca a la amante18 Capítulo 18 Llamada de papá19 Capítulo 19 Olvídate de Imperium20 Capítulo 20 Deseo21 Capítulo 21 Todos tenemos secretos22 Capítulo 22 Abrazo23 Capítulo 23 Amante del Mafioso24 Capítulo 24 Necesidad cruda25 Capítulo 25 Ella reacciona26 Capítulo 26 Ella se ha derrumbado27 Capítulo 27 Quien es la amante 28 Capítulo 28 El no me quiere29 Capítulo 29 Informe que condena30 Capítulo 30 Te extraño31 Capítulo 31 Un paso en falso32 Capítulo 32 Nos volvemos a ver33 Capítulo 33 Chequeo34 Capítulo 34 Una bomba35 Capítulo 35 El despertar36 Capítulo 36 La deja en evidencia37 Capítulo 37 El Rey descubre todo38 Capítulo 38 Ataque39 Capítulo 39 Un disparo40 Capítulo 40 Buen viaje41 Capítulo 41 Firmaste el contrato42 Capítulo 42 El anillo es la corona43 Capítulo 43 Temor44 Capítulo 44 ¿Porque no lo destruiste 45 Capítulo 45 La enemistad desconocida46 Capítulo 46 Sus sentimientos47 Capítulo 47 Nauseas48 Capítulo 48 Hablar con su bebé49 Capítulo 49 No Quiero, no puedo50 Capítulo 50 Territorio Ingles51 Capítulo 51 Albani Campbell52 Capítulo 52 Invitación53 Capítulo 53 Casarme con tu hija54 Capítulo 54 La decisión55 Capítulo 55 Su secreto56 Capítulo 56 Un fantasma57 Capítulo 57 Cabaña58 Capítulo 58 Primer vistazo59 Capítulo 59 Convivencia60 Capítulo 60 Pequeño romance61 Capítulo 61 ¿Enamorado62 Capítulo 62 La Pregunta63 Capítulo 63 La respuesta64 Capítulo 64 Entre el cielo y el infierno65 Capítulo 65 Maximus Albani66 Capítulo 66 Un trato67 Capítulo 67 El encuentro con la sombra68 Capítulo 68 Su calma69 Capítulo 69 Desayuno70 Capítulo 70 La Guerra71 Capítulo 71 Un error72 Capítulo 72 Años después73 Capítulo 73 Pequeño Panorama74 Capítulo 74 Sueño75 Capítulo 75 Corazones rotos76 Capítulo 76 El despertar77 Capítulo 77 Está con vida 78 Capítulo 78 Tú mujer79 Capítulo 79 Frente a frente80 Capítulo 80 Ella habla81 Capítulo 81 Su debilidad82 Capítulo 82 ENREDADOS83 Capítulo 83 Amor de madre84 Capítulo 84 Cariño85 Capítulo 85 Solo la muerte86 Capítulo 86 Frente a sus bebés87 Capítulo 87 Familia88 Capítulo 88 Momentos89 Capítulo 89 Pastel90 Capítulo 90 España91 Capítulo 91 Su mundo92 Capítulo 92 Demonio Italiano93 Capítulo 93 Reyes94 Capítulo 94 Encuentro F.95 Capítulo 95 Dueño de Italia96 Capítulo 96 Cap. Final