Rostro destrozado, Venganza interminable
ista de So
iles, tan absolutamente dementes, que por un moment
jiste? -
el brazo y me lo torció detrás de la espald
para repetirme
labios estaban azules. Su pecho estaba quieto
una jaula humana a mi alrededor. Sus ojos recorrían mi cuerpo, desnudándome con sus miradas lascivas. Uno de ellos s
bsoluta desesperació
la palabra perdiend
solo se
do sin suficiente oxígeno durante casi ocho minutos. Podría tener
ra que cualquier amenaza física. Tenía la vida de mi
osa" y "melodramática". No tenía ni idea. No podría haber imaginado este
ándome con la punta de su b
grabar, la luz roja un ojo malévo
o corre -
ueña y parpadeante posibilidad de qu
duro e implacable. La grava se clavó e
quí abajo -dijo uno
or la garganta. Mi cuerpo temblaba con una
hago esto? -pregunté, m
nrisa ensanchándose-. Depend
éfono, enmarc
quiero que empieces
tó la res
acero-. ¿O le digo a Marcos q
do arrancado de mí-.
Mis manos temblaban tanto que apenas podía manejar la simple tare
on, un brillo hambriento y de
lo en una delgada camiseta de tiran
a lo a
después de mí: "Mi nombre es Sofía V
agar fragmentos de vidrio. Pero el rostro de
ré a la lente impasible del teléfon
Valdés... y soy una
staba comprometido -dictó Ji
hombre que ya es
rompehogares que m
rompehogares... que
ro pedazo de mi alm
ebrándose por completo-. Por favor, J