Rostro destrozado, Venganza interminable
ista de So
de pura rabia primitiva arrancándose de mi garganta. No
la al
fracturó en un caleidoscopio de luces brillantes y puntos negros. Mis piernas se
pie sobre mí, con una pesada llave de cruz de me
-preguntó, empujando mi c
ontra su pecho, sus ojos muy abierto
n, Fede. E
orosa, y luego me pateó, su bota cone
blando-. ¿Crees que puedes tocarme?
lvían grises. Lo último que escuché antes de que la oscuri
niño está rea
riantemente casual, com
asa. Probablemente ya estaba m
siguió hast
piel. Intenté moverme, pero mis muñecas y tobillos estaban sujetos por gruesas correasuero cortando mi piel en c
visión. Era Jimena. Sostenía un bisturí en su mano enguantad
z un ronroneo tranquilo y clínico que
rré, mi voz ronca-.
todo mi cuerpo temblando-. Sabes, es curioso. Alejandro una vez me dijo que su tipo eran las mu
dramát
o. Qué lástima. Pero tal vez sea lo mej
evaluadores, esc
-. Ese es el problema. Demasiado bonita. Vuelve estúpido
dora y desalmada m
, ¿crees que él todavía
procesar el nuevo horror. Todo lo que podía oír era e
y divertido Le
como un golpe físico me invadió. No podía respirar. No
con fastidio-. Sería un desperdicio d
cinta médica y
e gritando. Podrías moles
mí, su rostro l
emente la mordaza en mi boca y la aseguraba con cinta. La textura áspera y el olor
rí, sus ojos brillando
pec