Gemelos malditos
ejado de la ciudad pero era una gran mansión rodeada de naturaleza y espacio. El suficiente espacio
la señora Brycer necesitaba más de un vehículo. Pero no
s que te ayuden con las ma
ifornia. Apenas había traído ropa que pudiera abrigarla, masticó con velocidad su chicle para centrarse en algo que no sea la baja tempe
osa decorada con flores, su largo cabello rosado caían a
s de ella, silencioso y examinador. La mirada masculina se dirigió po
esitas un poco
posición la cara del individuo era tapado gracias al techo del auto. Pu
ees, Sh
hacia atrás. El cuerpo de Clover impactó contra algo duro, sintió dos manos s
lgo
cerca de su oído, las manos cayeron de su cintu
bía visto bastantes. Era alto y de contextura robusta, su cabello era de un color rubio sucio, un r
e sigue existiendo
fuera poco peso para él. Los músculos de sus brazos se marcaron pero no llama
alguien hubiera contado algún chiste. Clover en cambi
on, Paxto
pulgar, sintiendo la suavidad de la piel femenina. Un deseo comenzó a quemar en
cta como para dibujar so
imaginarlo, un musculo de su mandíbula se
de espacio entre los dos. Por mucho que en ese momento ella quiera un poco de conta
había algo en el que no lo
dadamente, tirando su cabello sobre su
alintencionado intento de caerle bien. Él era hermoso, pero se veía artificial y robot
de la gente que n
ve. Paxton le dio la misma sonrisa que le daba a los maestros para que lo voten
el termino con el cual le gustaba ser as
en, hazlo. Gracias por no
alta. Su cabello rosado llegaba hasta sus caderas, tenia un rostro en f
de Paxton sé arrastro dándole doble sentido a sus palabras-. Y mí madre recién me pidió ayuda con l
familia que habitaba esa casa. Había pasado por alto la insinuación sexual del chico
preguntar, con la esperanza
ando abrió la boca para responder
e es mí hijo Paxton -ella habló con orgullo. Paxton levanto l
s dos eran físicamente diferentes al igual que su personalidad. Clover supon
rogenitora, sus facciones delicadas solo lo hicieron ver como un chico inocente-.
on guiño disimuladamente un ojo en su direccion antes de com
bro brevemente.-Que coincidencia, lo estuve buscando por toda la casa para pedirle que ayude llevando
saber que intenciones había detrás. Sé encontró con Paxton observándola desde la ventana, una lenta sonri
hacía doler la vista. Dejo la maleta sobre la amplía cama cubierta de una sabana blanca, sabiendo que su madre
a de labios de plástico, habían muchos labiales de la misma tonalidad rojiza, un espejo en for
u nariz absorbiendo él olor femenino a rosas y algo mas dulce. Sus jeans negros sé tensa
rno tratando de deshacerse de la chica pero ahora no podía estar mas agradecido con su madr
logro enfurecerlo pero excitarlo al mismo tiempo. Iba a ser divertido, demasiado divertido para él. Inc
que él infierno existía, no se dio
se supone que