Contrato con mi jefe
lexander desde la p
i cuello, mirándol
ando desde mi teléfono. ¿PodrÃas
onfundida. Él asintió con la c
a en mis labios comien
va asistir a su encuentro ─digo con voz profesional, en la otr
as celosa de mi porque pued
ón que tenga hermosa t
uevo hotel en las Bahamas. Unos minutos después Alexander habÃa salido de
esta subiendo en el as
irse y encerrarse de nuevo. Él padre de Alexander se presentó un minuto después que él se fue, comenzó a saludar a los demás trabajadores de la planta y cuando l
nica. ¿Est
aviso de su llegada, puede entra
afortunado es ese chico que te dio el anillo
afortunad
habÃa revisado los diez correos electrónicos desde la mañ
erte ─me dijo él señor Miguel al salir se l
mÃo señor Ha
─me da una última sonrisa
X
señor era muy mayor, revisa
ranquila antes de que él señor habÃa puesto su mir
de firmar el contra
mente que esto era para mi salud mental,
ndo terminó de firmar él, mi mano
─se burló─. Tengo que pre
da─. No sabia que tenias un
no lo sabias, tiene cuatro a
aro que no. Est
arde a una reunión. Estrecho su mano con la de Alexan
lexander, tomando su s
ando en el ascensor privado, me estaba arreglando un poco mi
e nos tomemo
intente no par
blic
con la cabeza
o el mÃo? ─ense
misma marca
es en e
note el
pegando nuestros cuerpos, mi cabeza se ha
iso fuimos directamente hacia la salida i
odo, gracias a Dios puso música clásica. Lo observé en silencio jugando con mi ani
tón negro ─. SÃgueme, Veró
odo lo que vi fue blanco, algunos detalles eran de color negro, cada paso que di me mareaba, sólo se podÃa ver blanco, en la s
pinturas grandes de ar
gué con la cabeza─. Si no qui
rcó vestida de un vestido azul oscuro con un delantal blanco y el tÃpico peinado
ia ─no lo preguntó en l
cocina se quedé sin otra
res tú? ─di
genial Verónica
niño pequeño en la misma versión de él pero este tenÃa los ojos verdes. Sus mejillas eras grandes y rosadas p
sposa ─le sonreà al pequeño─.
la satisfacción correr por mis venas ver a la sirvie
a Iz
tÃmida mientras se agarraba fu
restaurante para hablar bien.
n? ─pregunté ─.
a sus mejillas haciendo que sus l
igual a su padre pero versión tÃmido y más agradable. Por supuesto. Alexander era agradable, a veces, pero lo era. Salimos de la ma
mordÃa su pulgar. Se acerco lentamente a
ncio que pasaba pero este solo alzo sus
a una fiesta el fin de semana y lo emocionado que estaba por ir. La comida pasó asÃ, solo Izan y yo hablando, o algunas veces Izan preguntándole directamente cosas a su padre. Alex
cumpleaños?
on más rojas─. No sé lo que
ude? ─asintió─. Si
la cuando me sonrió grande en