icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La fría y calculada resolución del cirujano

Capítulo 4 

Palabras:1177    |    Actualizado en: 27/11/2025

vista de

ar olor a antiséptico llenando mis fosas nasales. Era el mismo hospital, pero una habita

dolor atroz que pulsaba a través de mi brazo. Intenté levantarla, flexionar los dedos, pero

n mi mano. Estaba fuertemente vendada, un monstruoso garrote blanco, completamente inmóvil. Mis dedos

i visión. Mi identidad, mi vida, mi propósito mismo, estaba en es

iar y fabricada preocupación. Me tomó en sus brazos, sosteniéndome con fuerza. Su abrazo se

rnura que se sentía completamente falsa-. Estaba tan preocupado.

en mi lengua. Lo aparté suavemente,

enso. Tus metacarpianos están destrozados, los tendones seccionados. Hicieron lo q

mano, el apéndice inútil que una vez tuvo tanto poder, tanta promesa. Mis manos de c

, susurró disculpas y promesas de un futuro glorioso, una vida de ocio, libre de las exigencias del trabajo. Di

o. Mi cuerpo se sentía pesado, mi espíritu aún más. Miré por la ve

iéndose antes de tocar mi extremidad vendada-. He organizado un servicio conmemorativo para A

zás solo un anhelo desesperado de cierre, se agitó dentro d

talla, y su rostro, que se había suavizado con un f

cupación-. ¿Su madre no está bien? ¿Una recaída? Voy para

tello de irrita

endo complicaciones. Haré que el chofer te lleve a casa

rta, una promesa de finalmente reconocerla, y ahora me abandonaba por

je, mi voz plana, casi sin

íbula s

ía, no estaría sufriendo estos efectos secundarios. -Sus palabras fueron un cruel giro del

camente, abrie

diera. Simplemente se fue, dejándome en la carretera desierta. El costoso auto

rta, una risa amarga y hueca escapándose de mí. Este

n, proyectando sombras largas y distorsionadas. Mi mano rota p

iento en un callejón oscuro. Tres hombres emergieron, sus figuras corpulentas en la p

o peligro. Pero ellos eran más rápidos

ellos, sus ojos recorriéndome, una lasciva mirada

tilleaba contr

na confianza que no sentía-. Soy doctora. La D

ro de sonidos cr

or aquí sola? -Otro me agarró del brazo, su agarre

herida era inútil, y mi cuerpo to

de amenaza-. Quiere que la soltemos. Pero creo que quiere algo m

ido primario

! ¡Alguien

ercer hombre, su aliento calien

to, me consumió. Luché, arañando, mordiendo, cualquier cosa para escapar. Hundí mis dientes en el brazo

irones apenas cubriéndome. Corrí, a ciegas, mis pulm

etrás de mí, sus pasos resona

k bienvenido después del terror. Se cerró sobre mi cabeza, arrastrándome hacia abajo, hacia la oscuridad sofocante. El frío, la desesper

Obtenga su bonus en la App

Abrir