La amante indeseada se convierte en la reina de la rival
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a la charola de un mesero para atrapar a la
viana llevaba en su vientre al "Heredero de
la habitación que me había prometido a mí- mientras y
que su difunto esposo era estéril y que ella había drogado a
bre el bebé, Damián
no me
ugió, protegiéndola-. Vas a re
me obligó a llevarla a co
o se volcó en la boutique, Damián
a Viviana, envolviéndol
dejó ahí
í, aplastando mis costillas yor de la sangre en la boca, lo vi cargarl
l sonido de su voz consolándo
preguntado si yo
che, n
tra en el penthouse y abordé un avión a un territorio
o de compromiso que dejé en l
ítu
ntes de que se estrellara contra el piso de mármol, supe que la bala q
o la a
ha de cristal soplado y el res
con una sola llamada y enterrar a una facción rival antes del desayuno. Y sin embar
ió, su voz quebrando el p
rgieron de las sombras, rodeán
de un mesero que pasaba, o si el champán estaba empapando e
urré, extend
s en las manos de Viviana, que se aferraban a su vientre-.
me dio l
con audífonos y pistolas abultadas bajo sus esmóquines, dej
e paró frente a mí, bloque
n, señorita Estela -dijo Lucas, con la mirada torpement
¿Que el fantasma de su hermano muerto importa
respondió
la camioneta blindada que esperaba
r -le dije al conductor mientras me
nsión -argumentó el guardae
-dije, mi voz fría y afilada, como el hielo
ra
reta agencia de viajes que olía
na fa
uí era donde ibas cuando necesitabas
nes resonando con fuerza
brazalete de diamantes en mi muñeca
una identidad limpi
tral. Sin familias, sin ve
empleado, su mirada codiciosa
nto t
el paquete prem
te
pleaños de Damián que valía más que todo est
loj en mar
sión, la casa estaba en
onde había pasado ocho años escondida en el p
la de estar y
bolsas Hermès, joyas Carti
sob
n evento público para "mantener la imagen familiar
no sentí más que un asco q
en las Maldivas, en París, en esta misma habitación
o nuestros recuerdos en ti
na, vi los faros del
cómo los sicarios descarga
ces l
a Viviana a s
e en él, con la mano descansan
se apa
ada, pasando el ala de huéspedes, y
mi hab
ue Aarón murió, la habitación que dijo que compartirí
sillo justo cuando llegaban
congeló
us ojos oscuros, per
án, con la voz áspera-. Es por el b
ró por encima
sus labios se curvaron en una
ián -susurró, apoyando
go -mur
, abrió de una patada la pu
abía jurado que era nuestro- y cerró