El juramento de la bailarina: Su imperio arderá
ista de Ha
sordo que palpitaba donde el cenicero de Alejandro se había conectado con mi sien. Busqué a tientas el dispositivo, mis ojos todavía pesados p
rápidamente, el agua tibia haciendo poco para aliviar la tensión que se enroscaba en mis músculos. Me vestí con mi ropa de
, la última obsesión de Alejandro, estaba en el centro del escenario, disfrutando del brillo de l
de suficiencia extend
gunas de nosotras sí va
en una pizarra, chi
testa silenciosa contra su audacia. Pero Casi no había terminado.
ora. Alejandro dijo que necesito estar en
a, su mirada cayendo sobr
o directamente en mi camino, un recordatorio constante e irritante de su traición.
serviría? Él solo la defendería, me haría parecer la esposa irracion
instintivamente hacia él, un parpadeo de algo -¿esperanza? ¿costumbre?- ignorando el oscuro hematoma en su brazo donde el cenicero ha
calidez inquietante. Una calidez que solía ser mía. Caminó directamente hacia ella, colocando una mano en su cintura, su pul
Ni siquiera reconoció mi presencia. Me sentí como un fantasma en mi pr
risita, apoyánd
eres demas
te en mi dirección, un me
mpletamente superflua. Las otras bailarinas, una vez mis admiradoras colega
alla?", gritó Casi, su voz goteando una dulzur
a una sirvienta, una amarga muest
", presionó, su vo
po de bailarinas más jóvenes se acurru
ente le está dando la com
lla obtenga el premio 'Estrella Naciente' el próxim
lento de Hanna no tiene paralelo,
a cómplic
ada así, en mi propio dominio, por personas a las que había nutrido. Era una humillación mucho más profunda que el premio en sí. Ale
dro era una sombra constante, ofreciendo críticas y cumplidos solo a ella. La apartó despué
triunfante en su mirada. S
que todos la oyeran. "Casi tiene un talento realmente aso
ncia cuidadosamente construida. Mi corazón
de emoción real. Me di la vuelta, caminando hacia los vestuarios.
eraba un arrebato dramático, un ataque de rabia celosa. Pero no me quedaba nada q
no rápidamente. Tiró de su brazo, su
Hanna probablemente solo está can
i cabeza vendada, una pulla sut
o, la risa íntima que siguió. Atravesó las delgadas paredes del vestuario, un recordator
ilencio del vestuario vacío fue un alivio bienvenido de los sofocantes sonidos de s
e de text
pezaron al abrirlo. Contenía un solo archivo de audio. Mi corazón martill
ioné
llenó el pequeño espacio. Era Casi. Esta
borrachó de nuevo. Él... él lastimó a alguien. ¡Lo están b
el que tenía reputación de violento, de ser un bruto mimado
quería lastimarla tanto. ¡Solo sácalo del país, po
ranquila, controlada, complet
ré. Nadie encontrará a Kael. Y tu carr
en el archivo de audio, mostrada prominentemente en la pantalla de mi teléfono, me gri
chica", habí
le me invadió, helándome hast
de Casandra Robles. Él era el agresor de Gracia. Y Alejandro... Alejandro lo había sabido.
, mientras yo, su esposa, lloraba la vida destrozada de mi hermana. Me había abrazado, consolad
infiel. No era solo manipulador. Era depravado. Un monstruo disfrazado de encanto y poder. Había usado la tragedia de m
ía traicionado a Gracia. Y por eso, no