Traición de Sangre: La Venganza del Verdadero Heredero
vista de
legó la citación. Damián
a masculino de pergamino viejo, cuero fino y
rio de caoba, juntando mis manos t
freció
ón en un control remoto que
a montada en la
ransmisió
izada con frías paredes de concreto. En e
aba atad
masa hinchada y morada, y sus dedos est
ntañas trabajaba en él
se revolvió
mián, su voz desp
ré, la bilis subie
mano contra el escritorio, el
temblando mientras fijab
su tono bajando a un peligroso y bajo estruendo. "Tocó a mi esposa. Me
us ojos oscuros t
l recibo d
, la pantal
. "La ley sabe que estás aquí. La prensa sabe que fuiste '
elante, el cuero de
ro desencadena aunque sea un momento d
sonaba hueca, como si pe
ue
al sótano per
n pequeño lavabo. En verdad, no era mucho mejor que la
necieron en una nebl
ntre las sombras, tratando de
o me dejaba
arde, una tarea que Diana me había asignad
, su voz goteando
de cristal de l
o añicos en un millón
ndo la tranquila casa. "¡Elisa rompió
o de su habitación, co
idos por la alfombra. Lueg
on las manos levantada
, su rostro se arrugó. "¡
no vio a una niña de doce años.
Leonora, retrocediendo co
espaldas de su madre, un brillo
mamá", dijo So
ñas clavándose, y me arras
igo", susurró Sofí
, la brillante luz del so
, gritó.
ue seca, p
nsando a la sombra del patio.
io c
to se apo
ológica, y yo
la segurid
or detrás como u
ellaron contra el césped bien
se cerraron en
it
o, cegador, consum
raron el músculo y
ndo de quitármelo de encima a
umbó una voz profund
ra S
nte, gimiendo mientras baj
ierna sangrante. El césped verde impecabl
a través de un
a en el patio. El Patri
como una barra de acero. Se apoyaba ligerament
a S
fía", dijo. Su voz era tranquila, ter
tó si est
mi pierna destroz
", le dijo a un guardia
ó hacia e
ba allí. Hab
ojos se e
angrando. E
ió a entrar, cerrando las pe
última brasa de esperanza e
tesia. Estaba acostumbrado a tra
quedaban lágri
oche, la casa e
ntemente. Los guardias se gr
erior de las escaleras,
iendo, su habitual co
asó?",
rostro pálid
"Hubo un atentado. Su coche
e estaba
gué, la enorme casa se sintió v