Quererte Una Vez Más
rada de sorpresa a Jean, pregunt
cir que eres mi novio. No te lo tomes personal",
auto y cambió de tema. "Dijiste que
tener un acercamiento con Terence diciéndole que la gente pensaba que eran pareja. Pero parecía qu
e había conseguido revolucionar la relación de Julia y Terrence en tan poco tiempo. No
había estado tan concentrada en Julia los últ
El médico me aconsejó guardar reposo.
"Lo siento mucho. No esperaba que Julia hiciera algo
A ella no le gustó que él se sintiera culpable por algo que J
nta, suspiró. "Todo es culp
el aeropuerto, las cosas no se habrían vuelto caóticas. Tú y Julia han sido felices juntos durante los últimos tres años.
"Pero me fui a toda prisa hace todos esos años. Ni siquiera he estado en contacto con mis amigos de la Ci
ices juntos. Apenas nos hemos dirigido la palabra en los últimos tres años. Además, nuestro matrimonio sol
uso de razón no hemos estado en buenos té
eguntó Jean, cont
e mudó y tú no tienes dónde vivir, ¿no? P
ena idea? ¿No te causará ninguna molestia?", pregu
ó con los ojos puestos en la carretera. "Además, fue mi culpa que tuvieras que dejar la Ci
no suave: "En realidad, nunca te culpé por eso. En mi opinión, Julia tampoco lo hizo aposta. Además, f
rante varios segundos, comentó: "Si ella fue
e de que Julia era terca y no
claramente. Su corazón se rompió al saber
auto en el estacionamiento subterráneo d
. Cuando llegaron, Terrence se adelantó para abrirle la puerta a Jean, como un
rence llevó el carrito de la compr
la compra a un par de pasos detrás de ella. Terence era realmente asombroso. Ella se percató de que las chic
Ella estaba realmente o
l fuera suyo y na
cenar. Prepararé yo todo", di
dente sorpresa. Cuando ella se marchó, era e
tando en el extranjero. Sin embargo, he trabajado muy duro en
os. "Ahora voy a tener que comerme la c
n mala como piensas". Jean se rio y agregó: "E
espondió él co
ucho por sonar feliz, Jean pudo percib
on a la caja. Terence descargó los artículos y luego sacó su billetera. Una vez
le un par de bolsas a Terence para llevarlas ella, pero él se negó. "No tienes que hac
el hombre la r
terminaron, Jean se volvió hacia él y le preguntó: "¿Por qué no pasas a tomarte una taza de té? Lo prepararé
argo, para su decepción, él la rechazó. "No puedo ahora. Tengo que ir a la compañía. Si lo
cansa un poco y llámam
l se quedara, pero pensó que no debía