A orillas del Maguá

y el leña

onentes árboles. El estruendo del viento cantaba entre sus ramas, el leñador era un hombre musculoso y fuerte; tenía sus cabellos y barbas largas y vestía con ropas harapientas y mugrosas. El leñador dijo: Ahora tendré que ir al bosque a buscar leña para poder calentarme durante todo el inviern

vertimos el anhídrido carbónico en oxígeno y así todos pueden gozar de buena salud. Además, en nuestras ramas se anidan las aves, en los troncos más grandes las ardillas con

: Malvado, estás destruyendo tu propia vida, pero el leñador siguió derribando no solo al roble sino que al paso de los días

artalado bosque, y frente a él estaba un retoño del antiguo e imponente roble que le dijo: Leñador, ¿qué buscas entre los árboles muertos? El leñador contestó, busco agua, sombra y un poco de frutas. Mi cuerpo se está quemando por el fuerte calor y el cande

viejo de los árboles y no hiciste caso, porque más pudo tu avaricia que el amor a tu propia vida y la de los demás. Ahora no tienes agua, no