Diario de una viajera en el tiempo
recÃan haber cambiado mucho. Pero un sonido aún más ensordecedor que el producido por el agu
e se avecinaba. Sin embargo, ante su asombro, descubrió cómo una extraña forma pla
las fieras -informó Antoine ante la sorpresa de Diego-.
eguntó el hombre enarcando las
uro, y le parecÃa imposible lo qu
los edificios son tan altos que hay veces que en los últimos tramos la niebla no
olvÃan a internarse en la cueva para retroceder los si
a curiosidad y el poder que le darÃa tener puertas intertemporales dentro de
Te doy mi consentimiento para que
aseguró Antoine satisfecho-. Además, tú mi
lizar con seguridad? -
que lleven a los diferentes tiempos y, antes de eso, h
é antesala? -pregun
amigo? La habitación masó
tiempo -interrumpió Diego
afirmó s
go haciendo que su amigo p
-preguntó An
que la casa se construya en este lugar
guntas que muchos viajeros en el tiempo inexpertos se
que regÃan este
-, porque en nuestro tiem
tentaba poner en orden las teorÃas
diciendo que... el fu
nreÃr ante el descu
deros, ¿para qué demonios construirÃamos puertas intertemporales?
luz tintineante de la lámpara de aceite. Por un instante, a Diego le pareció que
s leÃa lo que mostraba la cubierta marrón de cuero-. ¿Y este libro? -pr
aclaró Antoine-.
se descubrÃa oscura bajo los pies de ambos hombres. Por un instante, la luz de la llama ganó a la penumbra reinante haciendo posible