Adam... El heredero de la dimensión
saliera de aquí, que se alejara
e estuvo frente a mí, bajo el agua. No le importaba mojar su escasa ropa ni su divino cuerpo. No le importaba morder sus gloriosos labios mientras me miraba extasiado, ni le importaba que apenas
itir - ya tenía sus manos en mis caderas degustando la sensación de la piel de la zona y la repuesta que obtenía de mí, aunque nuestros cuerpos mantenían cierta
e puntualizar algo, que era como si me qu
su piel haciéndome envidiar cada centímetro que tocaban. Centímetros que yo, quería saborear con mi lengua, por mucho que me negara a acepta
espalda de lo grandes que eran y lo pequeña que se sentía mi cintura siendo rodeada por ellos, dej
no verte, ni tocarte, quiero apartarme pero me fascinas, me gustas, me interesas más de lo que quiero y puedo y me siento deslumbrado y encandilado al nivel, de no ver ni lo que estoy haciendo - subía sus manos por mi espalda, presionandome mucho más contra el y asombrandome con la sinceridad de sus palabras - vas a acabar con mi razón - aceptó pegando sus labios
as entre sus palabras y se se
a súplica - aléjate de mí, no sabes
nía un control de la situación que abrumaba. A pesar de decir que no que
andíbula por mi mejilla y cerrando mis ojos con ese gesto que le producía tanta excitación - . Déjame hacerlo. Dame tu cuerpo, déjame entrar en el, d
en una nube de deseo que empañaba mi cordura. No podía pensar con mucha claridad, sus manos, su boca, sus palabr
más bien le supliqué. Sonó
lígam
do lo que hacíamos y sob
humedecidos por mi lengua que lloraba por meterse
ería el alma, pero mis instintos fueron aparta
rcé en su cuello y tiré de él hacia mí, pe
as lenguas furiosas y calientes, luc
con sus manos y obligandome a cerrarlas a su alrededor. Me tiró a la pared de cristal de la ducha, chocamos gruñen
Tiré de su pelo, prendiendome a él, magullando sus labios con mis
é que lo vas a seguir queriendo y te prometo nena - deslizó su mano por mi espalda y metiendola entre mis nalgas, deslizando su palma por mi raja y abriendo
os labios él, en esta ocasión, me estrujó la lengua y chupó s
l, buscando que entrara profundo en mí y aprovechó ese momento para besar mis seno
en él, cuando sacó sus dedos de mí. Los llevó a su boca y chupó
ero y quiero mucho contigo - dijo de una
r al suelo, sacando antes un preservativo que comenzó a enroscarse en el miembro con
ojando el suelo con nuestro escurrir mientras me llevaba hasta la encimera del lavabo
r él. Mi respiración gruesa y acelerada me c
los, mirando cada movimiento que hacía y la respuesta de mi cuerpo, hastq que
abría más. Sus palmas estaban bajo mis muslos, y la
con su lengua y terminaba por morderlos sin dejar de verme tan intensame
or probar como te sientes por dentro. Cómo me aprietas y me forras la polla con
con cada lamida que me daba. Era enloquecedor y delicioso el tacto de su rasposa lengua entre
que le daba mi centro, con sus dedos me abría mucho más los labios para volver a sab
os de ambos, era todo el sonido que había en
n loco deambulando por mi cuerpo. Y yo solo podía mover l
sabía ni lo que quería. Mis piernas a
palabra era como un d
asiado caliente. Verlo te daba ganas de que te follara hasta matarte y su carác
ese mismo hombre que lucía invencible, estaba arrodillado dándome un placer
o de mí, sin previo aviso, hasta tocar el cuello de mi útero, sacándome un grito de placer extremo - y te sientes como el puto cielo. Es
que mi cuerpo era incapaz de ayudar a controlar. Era suya para lo que quisiera y
rofundo, por el tamaño y el grosor de su pene, sin embar
nalgas a punto de escapar de la encimera y tomando impulso
un golpe en la cabeza cuando
ar algo que yo ni siquiera le daba. Estaba descontrolado y me asustaba su forma de ha
punto en dónde noté que perdía el control y se i
no sabía que era y en algún punto dejé
apresó en la espalda y me miró a los ojos, ese momento justo, dónde no sabía que demonios pasaba, le dijo las cos
ás que exitada con él dentro, me
demasiado agitado y yo no entendía p
sentir en la gloria. Era demasiado fuerte para
, de manera arrepentida. Bajando tanto la voz, que l
miembro latir dentro de mí. Haciendo que mi cuerpo no logra
evar y son demasiadas cosas. Perdóname - fue
guir más tranquilo? - propuse n
spalda - si es verdad que soy bastante brutal en la cama y no cualquiera puede hacerlo conmigo, per
ero lo importante es que pudo parar, que en el fondo me tenía a mil y que ambos queríamos más. Él decía que
icia que me provocaba aquel movimiento que yo misma estaba propiciando, tratando de que siguiera de una manera me
y yo sabía que se refería al ritmo lento, q
lígam
ra imparable. No podí
empezó a embestir fuerte, pero
, siendo yo ahora la violenta. Tirándole del pelo. Comiéndome su b
o el camino, mostrando su tremenda fuerza y me dejé caer sobre él cuando lle
tirlo hasta el fondo. Estaba l
a para cabalgarlo lujuriosa - somos perfectos juntos. Seremos la destrucción del otro y puedo jurarte que me dedicaré a serlo - sus juramentos
l otro, de tan cerca que estabamos y de tan fuerte que nos habíamos to
, y la verdad no quería saber si estaba
obligarte a d
tí en una cuerda floja, de la que
. No creía que supiera el porqu
do nada lo que había hecho, co
saberlo. Aunque esa man
blíg