icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Dí que eres mía

Capítulo 3 Brisa nocturna

Palabras:1683    |    Actualizado en: 20/01/2022

as personas que se vislumbraba en el vestíbulo olían a dinero mientras ella miraba todo como si de un parque de diversiones se tratar

brían llevado un buen golpe para poder quedarse allí, aunque si era sincera, de n

ecibirla en el lugar para luego confirmar su reservación, una vez que eso estuvo hecho le entregaron un pequeña tarjeta que le daría el exceso a su habitación. No se había atrevido a es

habitación, y esperó hasta que las puertas volvieron a abrirse. El número que le correspondía era el ciento sesenta y cinco, por lo que caminó hasta allí e introdujo la tarjeta, con una

el botones de pronto -o puede bajar y comer allí. Todo lo que pida será confirmado con su pl

el desayuno a la habit

cluido con la compra de los servicios de comida aquí en el hotel. Des

eció ella dándole un

ntraba una cama inmensa, otro televisor y un baño con una bañera digna de llamarse jacuzzi. Finalmente en uno de los costados del cuarto se abría una puerta que daba a un balcón con vista al mar. Mila sonrió con

l y se sentía emocionada, quería experimentarlo todo por lo que pediría el desayuno a su habitación, pero disfrutaría de la cena en el restaurante del lugar. Bajó hasta el lobby y desde allí pudo acceder a una puerta de daba a la parte

laborados, sin embargo un mesero la recibió con una sonrisa para dirigirla al bar. Al

una tortura- comentó una mu

- convino ella

sentó la mujer of

ó ella devolv

Preguntó Mary be

un tiempo para mí- soltó el

imos hacer algo distinto con los niños. Traer

xcele

umpió Mary saludando a alguien a su espalda -bueno,

ujer acercarse a dos pequeños niños que le sonreían y a un hombre que

o de parejas y familias sintiéndose sola de pronto. Intentó deshacerse de esos pensamientos ordenando todo aquello que llamaba su atención del menú. Dis

abitación. Allí se desprendió del vestido para colocarse una pequeña camisa ligera sin molestarse siquiera en usar un pantalón. Se tumbó en la inmensa cama

a. Nunca hubiera imaginado que un hotel de ese estilo tendría ese tipo de canales disponibles aunque si lo consideraba, las personas pagaba

muy bien. No sabía si era por el deseo reprimido, por la falta de masturbación o de sexo, pero de pronto estaba realmente excitada. Sus pezones se alzaron sobre la tela de su camisa, ella

si había imaginado una escena como esa, pero en definitiva había hecho lo correcto. Tomó ambos juguetes en sus manos y se volteó hacia la cama, la imagen del balcón se filtró entonces en su mente, sin detenerse caminó

podía dejar de estremecerse. Las fantasías llenaron su mente: cuerpos excitados, erecciones gruesas y listas para embestirla, caricias dulces que la harían correrse con fuerza. Mi

unto sensible que la volvía loca y gimió, fue entonces que sin esperarlo ella se corrió. Explotó en una espiral de placer que la llenó de deseo mientras pal

momento le importaba poco, de hecho el pensamiento la excitaba. Se meció contra el juguete hasta que bajó con fuerza llevándolo a su interior, luego de eso solo fueron gemi

sus manos para guiarla y moviendo sus caderas para que la penetración fuera mucho más intensa. Mila gimió con fuerza sintiendo como el orgasmo se acercaba, se inclinó para tomar el vibrador que hab

n aliento y un poco avergonzada. Tomó sus juguetes para adentrarse en su habitaci

Obtenga su bonus en la App

Abrir