La maldición del Alfa
n con cada paso. La noche había pasado y se había transformado en amanecer y el cielo cambiaba rápidamente de color, desde el azul in
ta en sus propios pensamientos. ¿En qué estaba pensando? Estaba... tranquilo... ta
ía siendo prominente en su men
po abierto. Al final del camino se encontraba un coche antigu
untó Waverly, tratando
caminando hasta la
upuse que iría
de sus pantalones vaqueros y deslizó el dedo por el l
N
e, sin esperar que él hiciera semejante gesto. El Lobo Carmesí se que
untó; su afecto segu
se extendían entre las manadas, el Lobo Carmesí no parecía del tipo que cond
damente y luego se sa
mientras subía al
terminar, él cerró la puerta. S
ly-. ¿Has dicho Montañ
e la ventana y observó cómo pasaban los árboles, uno a uno, imaginándose que era libre de correr por ellos, yendo a
edor en lugar de mantenerlos separados. Al acercarse con cautela a él, se dio cuenta de que su forma no era negra, sino de
tembló violentamente. Extendió los brazos para intentar recuperar el equilibrio, pero cayó haci
la carretera asfaltada a la grava. Los ojos del Lobo Carmesí estaban cubiertos
se encontraba un pueblo lleno de una mezcla de lobos y humanos. La alta hierba verd
n entre sí, dando tumbos por los parches de tierra que se elevaban sobre el
forma aquí? -preguntó Waverly,
ue la había oído, pero luego volvió a mirar la carrete
los mismos árboles que habían pasado antes. Ella observó cómo se dispersaban y se ab
esí apagó el motor. Salió del coche si
ron por la puerta a una impresionante antes
la pared y levantó el pie
eros a juego cuando entraron. El Lobo Carmesí se quitó las g
a de comedor de tamaño medio con solo cuatro sillas colocadas en ella. La mesa estaba vacía, salvo por un
icó, con voz r
escalera y pasó por delante de una biblioteca, un gimnasio y varias otras habitaciones cuyas puertas estaban
olsillo. Esa puerta era diferente al resto. Era un marco de madera con un vidrio en medio.
na ventana que daba a la ciudad. Las paredes estaban vacías y no había ningún o
la mesa, con los sen
tu nuevo hogar. Espero que d
dio cuenta de que el Lobo Carmesí la estaba observando to
beza contra la base del marco de madera de