Los amantes del puerto
a en SAFE
digo: 2011
DERECHOS R
entras él la recorría con su mirada de pies a cabeza c
un amigo visitar a u
o no supo que decir ni como reaccionar, era raro tener a Fernando ahí, hablándole, cumpli
e mí? ― Habló ella al ver
ños para que no salten de los acantilados h
sólo ustedes lo hacían.― R
bras para continuar ya que de pronto una timidez se había apoderado de ella.
odamos hablar
o y fijando sus papales en los recibos q
cho que conversar, ¿qué no
―pero tengo que trabajar así
uitó los recibos de la mano― ya estaba por
ida ceja negra en señal de victo
mó a Salma del brazo y la llevó más adentro
toy dando permiso para q
.― Murmuró ella en un tono
u amigo,¿qué no lo ve
er
e fue hace años atrás, ahora es otro y te está buscando
s diciendo que le hiciera caso a tu hermano
es guapo y que fueras con él, lo que al final se dé no es mi
do en una cola de cabello, jugó con él por uno momento y se lo acomodó sobre los hombros―
stro un poco colocando sus dedos por debajo del mentón para alzar su rostro― disfruta Paula, deja de pensar tanto cada acción que haces, cada co
alió de la trastienda. Fernando se encontraba viendo los productos y hundiendo las manos en las semillas que estaban
mentó Paula mientras salía d
sobre llevar todo lo que sentían, ahora pasaba lo mismo. Fernando sentía una ternura indescriptible por su amiga y una enorme curiosidad, mientras Paula trataba de dis
e algo Paula que me e
vo a punto de convertirse en so
n "Hola F
― Repitió ella
invitó y Paula volteó a los lados para aseg
ayer no dormí bien y hoy me levanté muy temprano,
d es que me hará bien caminar después de
lá?, si que fue ráp
lor, uno que no recordaba tan intenso, y la plática e
― Respon
iciera mas ameno el camino. Paula y Fernando veían el paisaje, como el hermoso sol que se reflejaba en el mar se encontraba rojo del calor que hacía y se iba escondiendo poco a poco atrás del cerro que se en
apilara en el peso que ya traía. Era exhaustivo vivir en una constante paranoia, de no poder disfrutar de un simple reencuentro como éste, pero era normal que la gente hablara, ellos eran los hijos d
ra. Al sentir su fuerte mano se puso nerviosa pero lo disimuló bien. Él Hablo
uí es una ciudad pero principalmente es un puerto, la vida es más lenta.― Resp
aberte reconocido, la verdad es que llevaba muchas horas de vuelo y luego se me ocurrió manejar hasta acá y la lluvia..
argo y rubio que tenía provocando en Fernando una fijación en ese tic que
orque sabía que este reencuentro iba a empeorar su situación,
madre, me quedaré el
bien.― R
dije ¿por qué no?, así me entero de lo
o de mucho?― Inquir
es― voltea a ver a su alrededor― parece que aquí el tiempo no pasó, las mismas fachadas, las m
lsa y continuó caminando, le ponía un poco nerviosa
o por aquí Fernando, no tien
da como siempre, ¿qué fue de tu vida?, ¿aún su
pasó a su lado y con un tono despectivo pronunció "Ya s
o? ― Pregunt
oco más rápido provocando que Fernando acelerara el paso―¿a tí como te fue?, ¿qué es
o un trabajo allá que me espera, un proye
en!, fel
no sé si lo vaya a hacer bien, si a la gente le vaya a
ribió que seguía teniendo esa risa contagiosa y esa faci
lvió la mirada hacia la de él, se acomodó el cabello y estiró la mano ―p
― Preguntó él arqueando una de las cej
cia sus adentros mientras la intensa mir
upado y yo tengo trabajo por hacer que a veces
te nada planeado que hacer, así qué puedo verte
su mano le dio un beso en la mejilla para despedirse de
uerdo?― le murmuró. Paula sonrió tímida mientras sentía como
puerta y dejarlo afuera con una sonrisa y con una sensación rara en el estómago. Lo que él no sabía es que su amiga