Electus I
e era el único heredero del reino de Ganondorf. Debía fingir tristeza y dolor por la muerte de su madre
de vida de todo el reino. Fingió toda una vida que estaba locamente enamorado de la reina, en verdad solo amaba las riquezas que ven
ificaba que el acto de coronación estaba por empeza
na seña a los guardias para que las puertas se abrieran y así fue en cuestión
varía a su futuro trono, se encontraba tan nervioso que las manos le sudaban pero nada era m
podían hacerle daño pero eso no evitaría que se le revelaran, tenía que mostrar su pod
o la noche más oscura, eran gigantes y lo serían más cu
la más poderosa del reino se había negado a dejar el Gremio del Espiral para asistir a su coronación, si fuera cualquier otra especie lo habría considerado traición pero
derosa como su madre pero de ella no se sabía nada desde hace diecinu
en lo verdaderamente importante. Aquel era su
plata con esmeraldas, diamantes y otras joyas preciosas, era hermosa y aún más brillante cuando los rayos de sol se reflejaban en ella. La elevó y murmuró palabras en algún idioma que solo ellas entendían, llevó
s secretos de los antiguos monarcas, escucho conversaciones pasadas, descubriendo profecías que Marissa mantuvo ocultas no solo de él tambié
es le ardían por el fuego del infierno. Espero y espero pero nada, esa conexión nunca llegó aquello era un grave problema, ese poder era el que mantenía con vida todo el reino y él que lo hacía ser la es
y proteger más que así mi
o
tomar decisiones y proteger con su p
o
secreto la memoria
unía a él ajustándose a la forma de su cabeza. La mano de ella tocó el cuello del príncipe y con un simple toque aparecieron
o él Rey de Ganondorf -. Se levantó sintiendo el nuevo poder que fluía por sus venas, abrió sus alas que ahora eran aún más g
ron con orgullo los jefes
solo tenía la tarea de proteger y mantener en orden a su pueblo, también ten
ero no era de él. Tenía un nuevo problema que sin duda resolvería del mismo modo que se ab