El juego de las emociones
rdos de su primera vez con él la invadieron de repente, la misma sensación de timidez y temor recorrían su piel, puesto que tenían mucho tiempo sin acción.
eía una película de terror tenía pesadillas. Álex saltó de la ca
tipo de películas -refunfuñó por la irresponsabilidad de la niñera. La niña se acurru
taba inmersa en sus pensamientos. De repente, alguien se le acercó. Era un joven colega, muy atractivo, por cierto, que no la dej
y interesante -él co
adas-. Oye, tú, ¿qué es lo que quieres? -reclamó molesta. -¡Vaya que estás distraída! Oye, t
s -respondi
i generosidad es algo d
no tengo apetito. Voy a terminar t
Te invité y no quisiste. Anny hizo una mueca de "a mí qué
r los ingredientes para aquella cena especial y llamó a su madre para dejar a la pequeña allá. Regresó a la casa, preparó la cena, decoró la mesa que estaba en la cocina y puso dos copas con un vino que había comprado sobre esta. Se apresuró a bañarse, se peinó el cabello y m
na. Ella corrió y se escondió abajo de la mesa que había preparado. Ya era muy tarde para evitar que él notara la sorpresa, pero estaba tan avergonzada que no quería que la viera a ella. Solo que no se percató de que sus pies sobresalían. Él se sorprendió al ver aquella mesa, se quedó un rato parado y quieto mirándola, luego se percató de sus pies. Se acercó. Ella creía que no sería vista, sin embargo, él levantó el mantel un poco, y
más ridícula y tonta -él acarició
raras y ve a vestir
.
pa. Se dirigió a la sala molesta y tratando de disimular su decepción. La cena que sería para ellos dos, ahora se la estaban comiendo esos extraños. Por lo m
ás de lo que esperaba -su expresión fue de decepcionado, pero ella n
a tan enojada. Es como si el universo conspirara en su contra. ¿Se