Mi Hermosa Mamá y Su Pretendiente Misterioso
su asistente se acercó inmediatamente y le preguntó
o frunciendo el ceño y sigu
nto, esa fue la razón por la que pensó que la muj
a noche, el Club Imperial Golden
la puerta principal del lugar. Maurice s
el centro del pasillo de la recepción, estaba Wyatt jugando con un anillo en su
nrojó visiblemente. Era obvio por su reacción
uió caminando sin esperar una respuesta de Wyatt Todd. Luego, sin voltear a mirarlo, añadió: "Si no quiere
stro una expresión malhumorada. El hombre levantó las cejas y preguntó: "No tenía
rgo, lo ignoró y
ento antes de murmurar en voz baja
ión privada y, después de cerrar la puerta, preguntó ba
t y se encogió de hombros. "No tenem
una copa de vino a Maurice. "Vamos.
ujer desconocida durante una noche. A la mañana siguiente, cuando despertó, descu
te. Había algo en sus movimientos y en el aura que emanaba que lo hacía indescriptiblemente sexy. "Sin embargo, al
e de haber sufrido una gran pérdida esa noche, ¿verdad?
staba sonriendo, al ver los ojos del otro hombre fijos sobre él, Wyatt sintió un escalofrío de temor q
, en otra habitación privada del Club Imp
e diferentes tipos de licor. Un hombre gordo estaba desplomado en el sofá. Cuando entraron las dos mujeres,
ligeramente y no pudo e
ombre con una sonrisa coqueta: "Hola, se
sería muy grosero de mi part
esagradable carcajada y estiró su brazo para acaric
ntwan con calma y le hizo señas a El
u atención hacia la mujer que perma
r crema muy ajustado; la tela envolví
ar de su cuerpo. Inmediatamente, él se puso de pie y ti
o atrás y miró a Gabrielle con los ojos a
a de disculpa, Gabrielle puso una copa en la mano de Eliana y se inclinó en su oído para susurrarle: "El éxito de nuestro pro
vantarse e irse en ese mismo momento. No obstante, si Eliana estaba determinada en descubrir la verdad sobre el pasado, necesitaba
controlarse y brindó por Antwan. Luego, rápidame
a!", Gabrielle aplaudió con e
menzó a sentir los efectos del al
mbrado. La chica se hundió en el sofá y levantó la man
omento adecuado, Gabrielle sali
ó, Antwan no pudo esperar para to
ojos justo a tiempo para ver el rostro obeso de Antwan inclin
lo que hacía, reunió todas sus fuerza
a habitación privada. Ese momento le permitió
aer y golpearse la cabeza contra el borde de la mesa. Luego, en el suelo, se retorció y gimió
uedarse a charlar con ese hombre. Ella saltó del
escuchó desde atrás mientras intent
ntigua tenía la puerta entreabierta. De modo que, sin pen
abía logrado escapar, perdió finalmente todas sus fue
ontró con el rostro masculino de un desconoc