Tiempo De Perdonar
on Mark, tengo el cabello hecho un completo desa
tu expresión Aida-. Leila su amiga buscaba en su bols
dad, tenía que ir a la peluquería, después pasaría por el pas
e habían casado y después de unos años llegaba al hogar su primera hija, Ciara era ahora una chica hermosa, blanca, ojos azules como su madre, alta, esbelta, a sus 20 años cumplidos, se perfilaba como una ex
sidad a unas horas de casa, así que cada oportunida
lugar justo cuando se estaba dando por vencida, tomando su bols
fin llegas, te dejaré
ro al hombro, un toque más arriba mej
decidirás, te
está ahora en la p
a uñas como ninguna otra, te cuento que ya son años trabajando, pronto mi hija se graduará de es
s, siempre en todos los momentos de Horacio y míos,
o, esa amiga tuya nunca me ha parecido agradable
esponsable, Horacio no es coqueto por s
tantas cosas, esta peluquería
enes, los padres de Mark siempre habían desaprobado que aunque había estudiado, se había dedicado a la estética, con el paso de los pocos meses de graduarse, se conoció con Sara, al cabo de un tiempo de novios decidieron abrir una peluquería, ahora con los a
una empresa de contadores, por un saloncito de cortar cabello, arreglar uñas, pies y
así que, dando los últimos toques, tomando su café a prisa, agradeció a Mark, qui
erida, cobra
ño- has hecho una co
luego de un abrazo, le recordó que, en punto
, ya me conoces coraz
ueda dud
pidió que la dejara en el almacén que estaba d
es pasar por la pastelería de Silvina tiene
no hay problem
asar por el pastel, Leila tomaba su gran bolso, dando las gr
a la oficina, siempre tomaba la mañana después de su cumpleaños para ir con su esposa a un lugar hacia las afueras a desayunar, su aniversario de bod
, que el compraba, restauraba dando un toque único, sutil, elegante, para luego ser vendidas, tenía reconocimiento en el sector, decía que lo hac
ndo todo organizado, se tomaría no
ntica idea, llevaban café, y algún pastel que Aida preparaba como sorpresa, no sabía
se dio una rápida mirada al espejo, lucia hermosa, Horacio quedaría s
llegarían en unos minutos, sumarian algunos cuarenta invitados, la madre de Horacio, Katia y su esposo llegarían para
aba en ese momento caminando di
as realmen
iño, tú tamb
llevar una gr
o que le g
rio en el club? –Mirando
algunos amigos, nuestros cuñ
con Michael, estamos saliendo hace unos meses, y
da caminaba en dirección a
aba en la entrada, Katia descendía del auto con George,
e haberte molest
cemos con mucho amor..
oraré, es un c
zaba a Keila, Katia sacaba ot
ompramos este detalle
tejida era preciosa, de un rosa pálido qu
s celebrar el aniversario, sería maravilloso, no todos p
estarán para la celebración próxima, mucha música
tin, el b
os negar que mis padres siempre
e todos estaban reunidos, era amplia, con un comedor auxiliar tipo vintage, la barra con c
ya estaban en casa. Se colocaron en sus lugares estratégicamente para apagar las luces, Horacio es
le había organizado, ni tenía la más r
centro. No era muy alta, de curvas, exótica, bulliciosa, llamativa, picara y coqueta, pero a Aida eso no le hacía sentir temor alguno, eran amigas hace mucho tiempo, trabajaba en la parte de redacción de la revista Company Aresti, una revista C