El CEO Frío vs. La Esposa Dulce
a miedo a su esposa y que sería capa
al Sr. Qi disculpándo
or nada. Incluso si había cometido un error, él pr
as levantaba a Jana en sus brazos para
r que él se fuera, pero Eva la interrumpió
umillación?", estaba furiosa, y le
ra, pero Eva le cubrió la boca con la mano y levantó una ceja como señal de adv
ctitud indiferente. Aflojándose la corbata, tomó
silencio. Parecía estar absorto en sus pensami
a por los eventos de esa noche. Mordiéndose las uñas, trataba de adivinar qué sucedía entre Zed y Eva. Levantó una ceja cua
enta de que había estado agarrando las cortinas con tanta fuerza que sus uñas casi habían roto la tela. Después de la noche que acababan de te
nte percibió ese detalle, aspiró profundamente y esperó a que él dijera algo, pero al no haber más que silencio, lo
tar que él usaba. Cuando miró el rostro de Zed, se dio cuenta de que sus ojos estaban desenfocados. '¿Habrá bebido demasiado?', pensó sorprendida, y aunqu
a fue a dar a la boca de Jana y ella ya no pudo completar s
haciendo? No, no p
a sig
nubes que flotaban perezosamente en el cielo. Era mediodía cuando Jana se desp
ada en caracteres grandes y de color negro. Se suponía que debía estar encantada
baño, y una vez frente al espejo, estudió su reflejo. Exceptuando su
para vestirse. Preparándose para su visita a la casa Wen, se envolvió una buf
o dejaba de referirse a ella como "Mi buena chica", y elogió sus
adquirido el contrato según los deseos de su padre, y ese mismo día también daría comienzo el proceso de divorcio.
Wen. Parecía no estar dispuesto a que su
ni siquiera notó en qué momento se había marchado. Eso no la sorprendía, ya que nunca había habido mucha comunicación entre los dos, pero de alguna manera esperaba poder hablar con él, pues estaba más decidida que nu
él me está esperando en la Oficina de Asuntos Civiles, así que a
escucharla, el Sr. Wen se lev
istro de Residencia, llamó un taxi para dirigirse a la Oficina de Asuntos
s en la O
tenía el contrato que tanto quería, y ella tenía el Folleto en su poder. Ahora, todo lo que necesitaba era que Zed apareciera y la liberara de esa farsa de matrimonio, pero él no apareció y su te
n. Dondequiera que ponía la mirada, veía rastros de las acciones de Zed la noche anterior. No pudo
o, no era necesario que esa farsa continuara. No podía imaginarse teniendo que verle la cara tod
sentó. Su ira fue mermando poco a poco, y sus
volante. Numerosos pensamientos pasaban por su mente. Después de un rato, por fin suspiró y abrió la puerta del coche
ana bostezando. Al escucharlo entrar a la casa, se había despertado, sin e
ra tan reservado que sus resp
, dijo ella frotándose los ojos para ahuyentar el sueño. Después, posó su
ación, donde la colocó suavemente sobre la cama y la cubrió con una suave manta. La cama y la
ncia en sus manos, frunció el ceño antes de quit
Dónde lo había guardado? Podía jurar que lo tenía consigo cuando Zed la llevó a la habitación. Ansiosa, lo buscó en toda la villa, p
pasos de la noche anterior. Su rostro palideció cuando se dio cuenta de que no tenía nin
teraba de que lo había pe
había burlado de Zed por estar paranoico cuando supo que había instalado cám
r el video de vigilancia de la noche anterior, pero se sintió decepciona
va, no le quedaba
a contraseña de
é la nece
de Residencia. Necesito ver los videos de
rdo la co
¿Me estás tomando el pelo? Espera. ¡¿Acaso escondiste mi Folleto de Registro de Residencia?!".
", su voz era tranq
Por qué escondiste mi Folleto? ¿
er que él ocult
o"