El CEO Frío vs. La Esposa Dulce
obre la cama después de que terminó de hablar con su padre.
e anterior, y sonrió al pensar en lo considerado que había sido. Había insi
abían ayudado a que se sintiera mejor, y la mayoría de las heridas ya estaban cicatrizando
e ropa limpia. Escogió una camisa de gasa y
vía se estaba recuperando, el atuendo
na búsqueda exhaustiva, seguía sin poder encontrar a
abía comido nada en todo el día, por lo que se dirigió a la cocina para prepararse
ba la cocina, pues desde que se casaron, Zed nunca h
gerador. Como no tenía motivos para creer que Z
Como era habitual en Zed, había usado la menor cantidad posible de palabr
io en el comportamiento de Zed de la noche anterior. ¿Cómo debía reaccionar? ¿D
stancias de su matrimonio, ¿c
ión por mis lesiones', racionalizó, 'No es posible
nte se dio por vencida. Aunque todavía no estaba segura de las intenciones de él, su estómago no quería que
a estaba!'. La sopa contenía una generosa ración de dátiles rojos y longanes. Los ingredientes eran comunes, pero se c
que también provocó que se ganara su aprecio. Era innegable que él había hecho un gran trabajo, ta
de él era la de alguien autoritario y pretencioso, quien en ocasiones incluso se comportaba como u
. Zed, el hombre que siempre había sido frío con ella, le había de
totalmente diferente a su versión del pasado. E
a mientras se acomodaba en la mesa con la comida. Luego volvió su atención a la dulce gacha, la cual devoró con fruición
dad, Zed se encontraba frente a las ventanas de estilo francés de su oficina eje
a mujer? Aún se está recuperando, entonces, ¿a dónde pudo haber ido? ¿
e no le contestaba las llamadas, el rumbo que
heridas mejorasen. La visita a la casa Wen le dejó secuelas tanto físicas como
era la situación de Jana, se apre
.
se la sopa. Le gustó tanto que se sirvió varias porciones. Just
s?', pero inmediatamente renunció a ese pensamiento. Sin embargo, su curiosidad por los padres de Zed se había d
e era un
n-ta
. Su padre había estado llamándola con insistencia, y el
ió hacia la puerta. Ni siquiera
aras que aparecieron ante ella le resultaron familiares aunque extra
o es mi padre. ¡Y vie
da. Pronto se dio cuenta de que traían varias botellas de t
s en mi villa después de cortar to
ana Ja
ente por haberse enfocado en el comportamiento de su padre, la actitud de Shirley le pareció tan drásticamente disti
aba contento con esa visita, y el comportamiento de Shirley era de un dramatismo exagerado. Era
te provocó. Me disculpo contigo. ¡Por favor perdóname!", dijo con aparente sinceridad, como si todo eso fuera verdad. Su actuación había sido tan convincente que cualquiera que n
Por fin había entendido el significado del dicho: "El mundo es un gr