El CEO Frío vs. La Esposa Dulce
lo que Zed acababa de decir.
me dará el
, hablaba con frases rotas. La respuesta de Zed había sido tan inesperada que su mente se volviera en
nrió maliciosamente y respondió:
sacudió violentamente mientras hablaba, "No, no tie
n vivo' que tenía instalada en su casa, luego seleccionó el cuadro de la sala de estar. Frunci
ervadora. Hoy en día, es común que las personas hagan el amor consensualmente sin tener en cuenta formalidades como el matrimonio. Entonces,
encendió la furia dentro de él. Aunque trató de controlar sus emociones cuando habló, se podían sentir rastros de su ira
bip,
ndose dejó a Jana muy confundida y
io?'. Furiosa e indefensa, necesitaba descargar su ira, así que agarró
Estará pensando que obtuve la tierra con demasiada facilidad y, por lo tanto, estará tratando de ponerse
stá pensando! Lo único que puedo hacer ahora es seguirle el juego
irigió rápidamente a la cocina, donde preparó laboriosamente
su padre se casó con Joy Yi. Un año más tarde, Joy dio a luz a un par de bebés, lo que llenó de felicidad a su padre. Sin embargo, para Jana, los dos bebés recién nacidos significaron responsabilidades ad
ejos de su familia. ¡Incluso trató con vehemencia de buscar oportunidades de trabajo en diferentes ciudades! Pero las cosas no salieron según lo planeado, ya que su padr
comida. Sentada a la mesa, Jana descubrió que había perdido el apetito. Después de escoger su comida descuidadamente, se sentó con los palillos suspendidos en la mano. Su ment
to de Registro de Residencia
del comedor, y Jana no pudo evitar tocar el fondo del tazón con sus palillos. Estaba tan n
guir comiendo. Ella frunció el ceño y estudió a su marido. Al parecer es
utir con él, así que, tragándose su ira,
lla había preparado. Le gustó tanto
cilla en el futuro. Todos estos platillos son demasiado
decir, Zed? Tenemos acordado un divorcio y no te puedes retractar. No tienes derecho a arruinar mi futuro. Estoy ansiosa por salir de esta situación y encontrar un verdadero novio.
se un nuevo novio! Debe pensar que ya no tengo manera de hacer
ó al borde de su silla y por una fracción de segundo, Zed pensó que caería, así que sin pensarlo, se estiró y la sostuvo hasta
vertencia que representaba esa mirada. Después él dijo: "Eres una mujer casada. Si me engañas, eso me
arando su mente, enderezó su cuerpo y habló con autoridad: "Si no quieres ser un cornudo, entonc
se en pie y acercándosele amenazadoramente. En unos segund
ente, y que habían completado todos los procedimientos requeridos para un matrimonio. Eso sin mencionar que ya ha
todo ese tiempo, no había podido encontrar una explicación plausible del porqué él querría continuar con esa farsa. No había otra manera de obtener respuestas, más que preguntándole directamente, y así lo hizo. Había dejado
e hago lo q
el dormitorio después de esa descuid
ecir. Sí, se creía más que los demás, y también era frío y engreído, ¿
uieras!". La ira que corría por sus venas había provocado que temblara de manera irrefrenable, de modo que apretó y cerró los
que no tenían ninguna razón para seguir unidos, y ella tampoco tenía ninguna razón p
a decisión, así que sacó su maleta y emp
uesa capa de maquillaje que la hacía lucir horrible. Parecía que su media hermana no había cambiado en todo el tiempo que había estado ausente. Al darse cuenta de que tenía compañí
sorprendió por lo que vio, pues su cama estaba llena de cajas de entrega de varios tipos. Mien
pero el sofá es un buen lugar para dormir, ¿no crees?". El tono burlón y los comentarios sarcásticos de Shirley acabaron de hundir su espíritu. Ella
lío. Si no lo limpias, usaré tu habitación. Tal vez incluso mueva ese desastre a tu ha
ó la mano para evitar que la colilla la golpeara en la cara, y aunque logró bloquearla, le quemó
aber olvidado cómo es que esa habitación terminó siendo tuya. Bien, te lo recordaré. Yo te la regalé, y como ahora estás casada, ya no eres bienvenida, de modo que no hay espacio en esta casa para ti. ¡Sólo vete de la casa!".
l, la enfureció tanto que ya no pudo soportarlo más, así que cogió la escoba y la arrancó de las manos de Shirley, quien no había esperado tal reacción. Una esquina de la escoba que estaba astillada hirió su palma, entonces miró a Jana con ojos asustados, sin poder c
ana Jana. Lo siento. Todo es mi culpa", y l