Teach me to forget
obtener respuesta
entar un departament
de lo confundido y podría ju
Le pido,
o que alguien lo ha
tar, simplemente porque no es
es mejor regresa
iera termine de formular su pregunta-. Y
r, pero finalmente la cierra y ter
ra debí de haberle preguntado-. Puedo prestarte uno de los departamentos que están a mi nombre por mi
o a negarme, esta v
or q
e son
ás no que te lo regalaba- A
er pagarlo yo, sin deberte nada a ti ni a nadie- Me ac
o piensa
a tra
regunta, como si fuese
asa- Digo, mientras niego con la cabeza al de
se le escucha preocupado en algún sentido
corto una vez más, pero
gas a mí cada tanto tiempo, algo así como una renta, pero sin papeles ni nada por el estilo, porque sé que no vivirás ahí si no
ntesto, manteni
uiero ayudarte y, supongo q
egunto, al surgir en mi c
do que forme una mueca de pesar con
no me qued
mano hacia mí, esperando
bo aceptar y creer de nuevo, en si es buena
y este hombre me está ofreciendo un techo donde dormir y la seguridad de que amaneceré con vida el día de mañana. Aunque no creo que lo haga así nada más por a
nte, de la forma más cortante
oficial. Finalmente, después de pensarlo un poco más, termino por hacerlo, ganándome una sonrisa de l
lo ocurrido, ya no hay sentimientos aquí dentro, por lo menos en mí (tampoco creo que los haya en él). Cuando lo vi no sentí nada, no sentí triste
iempo en su departamento, completamente sola y será mío, no de él porque estaré pagándole lo que pida. Ya que regrese mi papá podremos mudarnos a otro sitio, le daré las g
te para mí y las circunstancias en las que me encontraba en ese momento, sin un lugar a donde ir, sin compañía, a m
dor acosador experto a punto de llevarme a quién sabe dónde para hacerme quién sabe qué cosas, o quizá mi paranoia
decir verdad. Hace muchísimo tiempo que no me subía a su auto y se siente extraño, no sé si me agrada esta sensación. Es como si hubiesen pasado años desde la últim
s y lágrimas aquel día, a quién se refería cuando suplicaba que volvieran y p
queña, su pequeña. Él solía llamarme así, pero en la forma en la que lo dijo, me hace pen
én es o fue Alissa? ¿Habrá sido su novia? ¿La madre de esa niña? ¿O
i la más r
iempre hay miles de preguntas y mu
siquiera reconozco, Harry estaciona el auto en un establecimiento de au
nto con un leve movimiento de cabeza, sin mirarle-
sada. Realmente no tengo apetito,
antoja?- Insiste, inclinándose un
sincero, en un murm
igual te tra
un tono y gesto displicente in
, antes de desabrochar su cinturón y abrir la puert
rte aún, no es seguro- No respondo, me limito a mirar por la ventana el cómo ahora la lluvia cae con más
tablecimiento a trote, despacio y con cu
acción, fácilmente puedo irme en él hacia otro sitio aunque no sepa manejarlo y sea menor de edad, y claramente no tenga iden