LA TENTACIÓN DE LUCY
U
nte! Es tan... oscuro... como el hombre que está parado detrás de mí, quien caball
mente. Contengo el aliento, piso la alfombra gris con estampados geométricos en tonos claros. Soy mala con las matemáticas. Cr
un ambiente silencioso y pacífico. Me paro en el centro de la oficina y veo un escritorio gr
gar tan
al cómodo sillón de dos plazas con cojines que me llama a re
na mano al
lencioso como un felino. Lo veo acercarse a
o llena mis ojos. Bajo la mirada y trato
estras bocas, al hablar con él, llevara otra intención. Y no es así. ¡Juro
chards. Todo
U
ue cubro con mi saco. Tendré que hacer más ejercicio para controlar mis sensacion
butacas, con mi brazo extendido. Entre tanto hago var
ra mi invitada. Ella va a sentarse sin entender
engo el aliento. M
iga de mi autocontrol. Ella voltea a verme un instante, siempre es así. Me evade con timidez delirante.
resada en sus zapatos tipo Oxford. Se los regalé la Navidad pasada después de que la vi una tarde paseando ante la
la altura de sus nerviosas rodillas me hipnotiza. Junta las piernas súbitamente al sentirse observada
a cubre todo su bellísimo cuerpo. Eso me hace desearla más. Es tan sencilla y perfecta a la vez. Una mujer completamente pura
omienzo a decir atrayendo su atención
illantes ojitos verdi-
está ese temblor en su
ayuda mucho... -digo tocándome la barbilla. La veo sorprenderse y le
Richa
la conozco herm
pequeño movimiento y hasta el timbre de su voz provocan mis ganas de acariciar cada milímetro de su delicado cuerpo. Huele a pureza, huele al mismo cielo, si es que tiene algún aroma... mejor dicho si es que algún día llego a él
ada naturaleza santa. Esa chica es la bondad hecha mujer y yo soy un cerdo mundano que ansía corromperla... sin lastimarla... Con
! ¡Jamás debió traerla! Mejor di
U
Mi tonta cabeza y las matemáticas. Estoy segura de que es mi periodo. Un espasmo sorpresivo, me causa una reacción rara-. Antes
cer. Se levanta, se eleva ante
rporar, las piernas no resp
vamente ese espasmo. Me toco la barrig
e indico
ondo haciendo un esfue
anzo las plantas de
levantar! ¡Pero
no quiero verlo. Doy un paso inseguro,
humanidad va a estamparse e
tenerme. Eso creí, pero tan solo me mira abrazada de sus caderas y mi cara e
pero, sus fuertes brazos toman los míos y
-susurro sintiendo sus manos
nta y oliendo ese perfume que
ncuentran y veo su
bien, h
ima, hasta su ali
a de est
digo petrificada, con las
Guy!? ¡El señor Richar
En sus ojos se dibuja una int
cia mí y veo su cabeza cada vez m
abios están llegando hasta los míos, de
ibremente por mis pulmones. Reacciono lo
on una calma atroz -. Sólo necesitab
o boqui
o... e
mbro a besar a las mujeres y mu
sintiendo que el infierno arde en m
para despojarla... -recorre mi atuendo haciendo que mis entrañas salten, cobren vida y dejen escapar algo qu
. Sin embargo, sería una estupidez de mi parte pensar que
engo experiencia en estas situaciones. Es la primera vez que alguien se dirige a mi de esa
en sentir protegida. Ante sus ojos que examinan cada detalle
gar me vi
este hombre me lleva de sobresalto a sobresalto
lante de mí, poniendo una rodilla en
a y peinada cabellera. Sus hermosas manos, de dedos largos y bien cuidados, se ext
ora puedo decirle
do con luces LED y nuestros cuerpos ent
aci
no dice nada solo
año ha ido mejorando. Ojalá pudiera saber quién es para agradecerles tanto desprendimiento. Igual me habría gustado saber quién fué la persona que me estuvo apoyando durante los años de mi noviciado. Sé que la señora Kris lo conoce o la conoce pero nunca ha querid
uando no me encanta mi hábito, lo amo pero no me encanta lo estorboso que
endo alivio en mi veji
que pensé sería mi periodo no es tal, sino un líquido espeso sin color, que jamás había visto. Me tengo que limpiar mejor, pienso y froto un
antísima, ¿e
cae en su sitio. Me acerco al lavabo y descubro que el delicioso aroma que invade
que lo que descubrí en mi cuerpo resulte en algún tipo de enfermedad que hasta el momento desconocía. Me se
U
ntonces veintiocho años. Suena a demasiado tiempo de diferencia entre nuestras edades, e
contra mi voluntad, a Kris al
los pasos de las mujeres de mi familia. No lo hacía porque quisiera aminorar su remordimiento de conciencia por la vida que eligió tener al lado de esa escoria que es su esposo. Mi hermana asistía a ese lug
is y mamá fueron secuestradas. Jamás volveré a permitir que quien amo
te mundo y aún así la vida se ensañó con ella. T
vieron a punto de acabar con la vida de otro ser hum
ento de haber querido acabar con la vida de ese cerdo degenerado. Por mi familia estoy dispuesto
con un jumper blanco y una cinta azul cielo en
iños pequeños a los cuales animaba mientras bailaba en un improvisado escenario. Y no sólo fué su alegría l
ial. Decidí ese mismo día ay
vicia y me pareció magnífico que un ser tan colmado de pac
en problemas, más por bondad que por travesura. Era muy conocida entre los asistentes al convento. N
sé que acaba de ll
ntras que un segundo chico lo acompañ
os pensamientos enternecedores que atraviesan mi mente cuando escucho la puerta del pasillo a mi baño privado abriéndose.
Su cuerpo envuelto en ese hábito, aparece hermoso y un gesto nervioso se nota en su cara; sin embargo, sonrí
que mis peores días se conviertan en
, como si de pronto hubiese olvidado lo nerviosa que estuvo
tarla a acercarse y es hasta entonces
y juntándolas sobre los labios
rmana, ac
e ha llamado su atención-. ¡Esas son las flores que encontré en el baño! ¡
es, h
adeza y se inclina a aspirar su perfu
o se
o, más no quiero se
virginali
quienes la rodeamos. Lucy me salvó de la oscuridad. Lucy me robó el aliento cuando la vi entrando vestida de blanco la primera vez que profesó sus vot
ue jamás estaría a mi alcance. Fué en ese instante, en que supe que Lucy estaba enamorada y que ja