Niña Mala y Billonaria
a con tres cocineras, dos ayudantes de cocina y un chef- me dijo que era una receta sencilla de
spués de explicarme cómo lo había preparado. Estábamos
an en el internado, porque esto está para chuparse los dedos -cons
sonrió,
una pregunta, se
oca llena con un nuevo mordisco. Anast
nseguir los
a servirme un vaso con jugo de naranja,
nseguir que el ginecólogo c
sia as
intimidad, no, no crea que soy de esas, sino p
y la ayuda que me ofreces, pero aquí do
se echó pa
rio, se
ntí un poco ofendida, de
crees? ¿Tengo ap
opinión sobre mi apariencia podía ser muy reveladora sobre la imagen que estaba proyectando, o la fama que
rita, pero, verá, es que siendo usted tan bonita y con tanto dinero,
as razones que Anastasia tenía para creer que no hu
vengo de un
ba en otro país, señorita, como muestran que ha
tado viviendo en otro planeta, pero nunca había visto una y ahora empezaba a temer a
scuela en la que está prohibido salir y, además, es de solo chicas, así que,
una
QU
ocencia, con la que Anastasia formuló su inquietu
via? ¡Por sup
y con la mirada gacha-. Entonces sí estoy segura de que v
a la cocina para preguntarme si quería que le encargar
dije-. Y también ducharme. Hace dos años q
nastasia y Patricia me observaron como si yo fuera una mujer soldado que acababa
rre? -Les
encargó de disculpar la
pero, ¿en serio no se ha lavado c
n mirándome como si hubier
no entiendo qué t
que tenga alg
su frase, aunque no creo que el Ama de Llav
hubiera tenido un solo novio e
llevé la mano
ían que estaba en otro país, en medio de un harem
ta de respuesta, p
. Estaba en una cárcel de mujeres adolescentes y acabo de quedar en libertad ¿Creen que allí había hombres jóven
ntina, ya entendemos -dijo P
común de lo que ustedes creen. -Al decir eso, sentí un nudo en la garganta porque la verdad era que no entendía, y no había pasado un solo
o escuché el zapateo de Patricia contra el
lentina, su
ó con mi
la que e
a con un poco de ira, como si fuera
ilo pidió que
Có
ala oeste, en las dep
mi habitación donde siempre ha estado, allí. -Señalé h
pero fueron las órde
ntenté tran
tonces, por favor,
con Camilo en los años que duró su matrimonio. También había un salón de juegos, una enorme sala de cine privado y los cuartos para los huéspedes más importantes, es decir, demasiada exposición pública y ese era el motivo por el que había escogido un cuarto
paró frente a la puerta de la hab
¡No pu
tación había una anticuada cama doble que hubiera podido pertenecer a María Antonieta, antes de que le quitaran la cabeza, sobre una alfombra malva de terciopelo que se extendía a lo largo de los cien metros de superfic
CAMILO PONCE!! ¡¡