El Amor Del Magnate
lamó Sarah, curvando sus dedos alrededor d
a forma sucia en que me había hablado y el contacto prohibido me mole
tu casa el domingo- se ofreció más que dispues
para ser honesta, me hubiera gustado no
nriendo- No hagas nada fuera de lugar
gunos toques indecentes como los que te dio?-
decía- me enc
susurró, inclinándose sobre la
oca, y estar sola, ya era mucho el rídiculo que habia pasado antes y ahora me daba cue
tamaño?- Fruncí el ceño, tomando un pequeñ
, Celia. Debes hab
también había estado yendo durante más de siete meses, pero creo que me las estaba arre
ré más cuidado, para poder darte ese detalle- le sonre
dí, no me molesté en beberlo más. Me puse el abrigo, la mochila en la es
er una fiesta de pijamas- sonrió amplia
pero tuve un poco de renuencia. No
endí el motor y me fui de mal humor, ya que tenía un poco de mied
aquella sensación espeluznante como s
una casa normal, en algún lugar del pueblo o sitio cercano? ¿Por qué se había aislado de la gente? Estaba más que claro que el hombre esta
ovían impulsados por el viento y parecía que detrás de ellos me miraban ojos de animales salvajes, li
cosas empeorarían e
año, no tan agradable, y se estremeció un par de veces, luego el motor se apagó y el
é con pánico, tratando de gir
eaba un par de vece
avor!- Golpeé el vo
saliva. Era aterrador. Perfect
veces más, suficientes veces para darm
ue sabía era cómo conducirlos. Eso es todo. Nunca imaginé que mi auto terminaría averiado en el desierto bosque, por la noche. En primer lugar, ¿quién diablos me había hecho ir al pueblo tan tarde? ¡Ah, sí, lo sé!
ue. Realmente no podía presumir de la señal en el lugar donde se detuvo mi auto
la mañana, y probablemente lo habría hec
No es un gran problema,
. La escarcha fue tan grande que inmediatamente sentí que se me helaba la nariz y me sacudió un escalofrío horrible. La sensación
recé a una deidad que pare
paso o detenerme en seco, aterrorizada. Hacía tanto frío que sentí como
una pequeña línea de señal, casi salté de alegría
ue estaba siendo estúpida, que era mejor caminar, también sabía que me arrepentiría, pero me e
estar, mientras oraba a Dios para qu
s me quedé sin palabras, preguntándome si sabía que era yo o si estaría
- pronunci
gundos. Aparentemente no s
e llamas?- me habló
iqué, en ese momento escuché un
gran rata corriendo hacia el bosque. Esta imagen no me hizo sentir mejor, p
tas bien?- Lo escuché maldiciendo por
- le expliqué aunque no estaba segura de
da la pregunta, porque el teléfo
n asombro que la línea a
on ganas de llorar- Est
o a buscar un
tanto que en un momento me di cuenta de que ya no estaba en la calle principal, la que me estaba llevando
el frío en los huesos. Al darme cuenta aún más del lío en el que me encontraba, co
s manos sobre mi cabe
la mañana estar
que solo eran las once. ¿Tantas horas en el bosque? Si un os
mí misma. Lo tomé por donde había venido, aunque no me resultaba familiar. Los rectos, había caminado hacia adelante sin mirar alrededor. El punto era qu
los pies y tenía tanto sueño que quería acostarme en el suelo y dormir allí.
pecho, amenazando con dejarme inconsciente. Me congelé, demasiado asustada para
nsar caóticamente. Corrí, sin importarme que en
arse quieto pero el miedo se apoderó de mí y lo único que quería en ese momento era correr tan rápido como podía y lo que dieran m
sbalándome y cayendo hacia atrás, el contacto con el suelo era doloroso. Algo o alguien cayó encima
voz estaba muy cerca de mi oído y sentí
s y más lento. Conocía esa voz. Aunque hasta ahora quería apretarlo
is labios, y pude escuc