Los cuatro hijos secretos del rey
estaba de muy mal humor, con ganas de ponerla en el lugar que le tocaba, que era a sus pies, como el de todos sus súbditos, pero en e
doncellas que atendían a Sahira se asustaran primero y lueg
eocupado movimiento de su mano y ca
tentando controlar su temperamen
o hacía solo un rato en la casa de juegos, aunque tal vez le había dad
iré a avisarla- dijo una de las don
dole todos los caprichos, él jamás la había visitado, de hecho era una
nía a una concubina a la cual no tocaba, a la que ni siquiera
seguró caminando hasta el baño sin
carilla de barro en el rostro. El baño estaba lleno de vapor prov
ara estrepitosamente a causa del tono de su voz, y es que no solo era porque fue
con un albornoz y dándole la espalda a ese
rostro y adivinab
había estado llevando todo ese tiempo, le gustaba, s
z para observar su cuerpo de espaldas, o al menos lo que la neblina le permitía ver, enfundada en ese vestido
una excusa rápida para no quitarse el barro de la cara y evitar se diera cuenta de que no era la muj
ión, pero se acercó a ella por detrás haciéndole notar su presencia, y es que donde el Rey estaba se podía senti
e, quiero hablar
así- protestó ella con voz mel
no tienes suficiente con lo que te doy?- preguntó molesto por pe
el día.- Respondió la chica extrañada por lo
lo permito porque soy consciente de lo que te quite y como lo hice - se quedó callado por unos segun
quí, me debe confundir con alguien más, puede pregunta
eslizando la mano por la curva de su cintura e inclinándose para in
distinto, aunque quizá era solo por el baño que acababa de tomar y las flores que podía ver flotand
no la traición y para mí las mentiras son traiciones.- le advirtió
n poco más llenita, pero quizá aquellos cinco
seguró ella temblorosa por ser descubiert
a girarse y estar con él, al fin y al cabo si pudiera estar con él, eso afianzaría su lugar en el Palacio, pe
ulpable, tal vez le tenía miedo, pues eso habría que resolverlo porque era suya y la tomaría el día que se le antojara