EL HIJO SECRETO DEL MAFIOSO
na
ho y quiero volver a su lado, lo extraño, pero no hago más que soñarlo y due
- digo dejando besos sobre sus mejillas b
darme besos, te amo mamita, pero el amor tiene límites, - me encanta como pone s
feo la boca? - le preg
ntes de los saludos nos lavamos los dientes
co que me mantienen fir
ndo yo pagando por no haber sido buena hermana, me dieron una cucharada de mi propio chocolate. Sí
o, y aunque ya tengo dos meses viviendo de manera distinta a
crear un incendio, como la primera vez que si no es por mi padre estaría todo reducido a cenizas o sin term
do lo vi jugar con el desayuno que me ha costado una hora para hacerlo, pero c
apenas 8 años me animó como siempre, comiendo sin rechistar su desayuno y me acerqué a ella para de
e guiñé un ojo a mi princesa, quien sonrió iluminándome la vida
exageradamente tarde para la cita que tenía, pero más tarde
s desde que su padre decidió sacarnos de su vida, como si fuéramos nada, y hoy, d
el hogar que me cost
único que le puedo ofrecer. - Quiero vivir con mi papá, no me gusta estar contigo- me miró con re
tra mamá, ella está triste- l
no nos quiera- manifestó Ivan antes de e
- Ella cubrió sus labios para reír y me aga
or ustedes, así que s
al abuelo- me dijo mostrando la her
al bufete de abogado del que fui solicitada para que firmara el
omo si me conociera, estaba en un área de espera y pasé por alt
que no quiero ver la cara de Sebastián y que
solamente el abogado que él
evitar verle, y percibir cómo su mirada desdeñosa me reco
richosa no le ha ido bien-
bien Sebastián-
divorcio rápido y factible para ambos, sin necesidad de perder tiempo poniendo demandas ni ne
ratar de primero preguntar si hay la posibilidad de que nuestro matrimonio no t
es más, nunca te quise-, intervino mi esposo y me dolió claro que l
a te obligue en el lecho, siempre eras tú el que venía a mí- le reclamé, pero sin p
a cargar contigo cuando te embarazaste de mí por puro capricho. Sin embargo, ya el altanero hacendado no puede contra mía, por qué ahora no es más que un simple empleado de una mugre hacienda y tú dejaste de ser la princesa caprichosa, n
rada porque realmente no quiero divorciarme y que mi hijo continúe aborr
í y eso que le hablabas a los empleados como si ellos fueran las peores escorias y resultaste bien ridícula. -Con sus duras palabras le echaba sal a mi herida, se dice que no escupa pa
a mis hijos, sabes qu
endo de mí y cada una de sus duras palabras se
go, aunque me paguen todo el oro del mundo. - Otra rayita más para el tigre, y s