EL HIJO SECRETO DEL MAFIOSO
na
ajo, el tacón de mis mejores zapatos se despegó haciéndome caer de bruces contra
da lo vi extendiendo su mano. Así que le sonreí y me dejé ayudar por él, aunque yo era de
terrible dolor en la rodilla derecha y me miré r
l siguió ayudándome a levantar del suelo to
bservar el hombre que ha de ser un poco más joven que mi padre, me vi tentada a voltear cuando habló alguien muy cerca de n
as, y me parecen familiar, pero tampoco recuerdo haber conocido a alguien como él; me b
r imponente, porte de rey, cabello tan negro como sus cejas y pestañas que hacen un contraste perfecto con sus ojos café claros que
ntilarlos y se desahoga con personas como yo que también está hasta el cuello de ellos, sin embargo, escuchar el sonido de fast
daba y que tal parece ser Daniel, empleado del hombre que me mira como
r mí la puerta del coche, ¿y qué hiciste ayudar a esta potranca?
e falta a usted- el hombre rugió como no todo animal y pasó de mí sin resp
me- el señor Daniel se fue antes de que pudiera disculpar
e humillada hasta creer que no se podía más, y ahora ya veo q
tí
mujeres le pasaba por el frente, desistí de hacer que la abandone, aunque me ardía el alma cada vez que me imaginaba tocándola igual me encant
ué siento esta desazón, su sufrimiento debe ser mi alegrí
ste día bailaría sobre su amarg
salió de su casa hasta que entró a ese des
lo cuando yo deseaba. Sin embargo, ahora se me estaba haciendo imposible d
ioró y las perturbacio
nimado, pasándome la mano p
erda- toda sensación de inc
Daniel, el cual es uno de mis mej
ista, ¡síguela! - l
rechistar, tan obediente
odo momento y aunque el desgraciado de Tobías es mi
a la estación de autobuses y devolverse- parece que se me ha pasado la
ner dinero para el bus- me deti
acaso eres brujo?
onedero, miró den
ue así y te recompensaré- le elogié a mi modo,
parece que va rumbo al trabajo-, vuelve a decir para ver si logra conmoverme, pero yo carezco de sensibilidad gracias a ella misma así que me i
furioso cuando la vi c
con tanta rapidez que me dejó aturdido. Ya hasta parezco estúpido pidiendo cosas
se ve hacia dentro, pero que perfectamente
do que me dejara sin abrir la puerta del coche para mí y la muy atrevida se atrevió a llamarme soberbio, pero en realidad lo que realmente me fastidió fue sentir ese maldito olor; huele exactamente
r en ese lugar y caminé hasta
- me preguntó haciéndo
n, puesto que no le voy a decir que me aparté de mi capricho para no terminar dándole un beso viol
os. - ¡¿A dónde va la cabrona?!- masculle al aire, sin poder proce
maldad que reinaba en ella está allí, solo que ahora se disfraza de modestia para confundir, ya que no puede mos
ajo- respondió Daniel m
pre sintiéndome hastiado de mí mismo, ya que pensé en algo que no me agradaba, pe
be estar con una sonrisa
ted? - respi
smo de caballero idiota- Daniel, que es un verdadero caballero y po
él terminó metido en este negocio tan peligroso