La Bigamia del Oficial: Mi Hijo, Mi Lucha

La Bigamia del Oficial: Mi Hijo, Mi Lucha

Gavin

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Capítulo

En mi vida anterior, mi amor por Mateo, un oficial de la Policía Nacional, me cegó. Con él tuve a nuestro hijo, Leo, y nuestra pequeña familia vivía en un humilde pueblo cafetero. Todo parecía normal, hasta que intenté registrar a Leo para que tuviera beneficios. Fue entonces cuando descubrí la verdad más brutal: Mateo ya estaba casado. Su "esposa" era Valeria, la viuda de un compañero caído, y había registrado al hijo de ella, Santiago, como suyo, negando a nuestro propio Leo. Él nos abandonó, y la tragedia alcanzó niveles impensables cuando Leo fue secuestrado. Ante mi desesperada súplica, Mateo se negó a iniciar una búsqueda oficial, priorizando su carrera y su "nueva familia". Sin Leo, con la culpa consumiéndome, corrí al río y me arrojé, sintiendo el rostro borroso de mi hijo gritando mi nombre. ¿Cómo era posible que el hombre que juró amarme nos traicionara de tal manera? ¿Cómo podía ser tan cruel y egoísta, ignorando la vida de su propio hijo? El dolor era insoportable, la injusticia, quemante. Pero entonces, desperté. El sol entraba por la ventana de mi humilde casa. Leo dormía a mi lado. ¡Estábamos vivos! Era el día exacto en que todo comenzó en mi vida anterior, pero esta vez, yo no era la misma Sofía. Era mi oportunidad. Decidí que no lo llamaría, que no repetiría la tragedia. Esta vez, iba a reescribir nuestra historia.

Introducción

En mi vida anterior, mi amor por Mateo, un oficial de la Policía Nacional, me cegó. Con él tuve a nuestro hijo, Leo, y nuestra pequeña familia vivía en un humilde pueblo cafetero. Todo parecía normal, hasta que intenté registrar a Leo para que tuviera beneficios.

Fue entonces cuando descubrí la verdad más brutal: Mateo ya estaba casado. Su "esposa" era Valeria, la viuda de un compañero caído, y había registrado al hijo de ella, Santiago, como suyo, negando a nuestro propio Leo. Él nos abandonó, y la tragedia alcanzó niveles impensables cuando Leo fue secuestrado.

Ante mi desesperada súplica, Mateo se negó a iniciar una búsqueda oficial, priorizando su carrera y su "nueva familia". Sin Leo, con la culpa consumiéndome, corrí al río y me arrojé, sintiendo el rostro borroso de mi hijo gritando mi nombre.

¿Cómo era posible que el hombre que juró amarme nos traicionara de tal manera? ¿Cómo podía ser tan cruel y egoísta, ignorando la vida de su propio hijo? El dolor era insoportable, la injusticia, quemante.

Pero entonces, desperté. El sol entraba por la ventana de mi humilde casa. Leo dormía a mi lado. ¡Estábamos vivos! Era el día exacto en que todo comenzó en mi vida anterior, pero esta vez, yo no era la misma Sofía. Era mi oportunidad. Decidí que no lo llamaría, que no repetiría la tragedia. Esta vez, iba a reescribir nuestra historia.

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Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

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