¿Un hijo para el señor Harris? ¡Ni soñarlo!
cirme
cara de su padre. Su padre la miró con los ojos
queda
quieres
o en sus ojos la últim
¿N
ha perdi
mos la casa y los mu
hablaba, su padre n
erd
su
ahora de Marco. Todo...
dó. Se levantó y
Can
noche para muchas cosas. Su primer matrimonio arreglado. Su primer prometido. ¿Por qué no su prim
aciones, tenía que seguir hasta quedárselo todo, hasta nuestra casa familiar
la muñeca haciendo que ella sintier
una importante cantidad de dinero en metálico todos los años. Todo lo que tiene que hacer es ser la buena hija que su padre parece pensa
cerca de los oscuros ojos, del duro cuerpo, del masculino calor. Si la mirada que le había
ce como si no me d
, mirando aquellos ojos de fuego en
que empiece a
lojando
! ¡Elegiría mil veces an
para soltarse del todo y se frotó l
dónde se es
tió M
para conseguir volver a comer, sin llegar nunca a fin de mes. ¡Con su e
í, sobr
los talones con la
hay nobles pobres. Sólo hay pobres, hambrientos, desesperados. No hay lugar pa
, tampoco lo parec
rar a su padre
o puedo hacerlo. No
a supo que no era porque estuviera
ent
i
pa mía... Mía. Ahora tengo que encontrar la mane
cayó el coraz
lla no lo sabe? Pensaba que estar
axlea. No quería preocuparla i
papá,
io que siguió mientras el mecanismo hizo el ruido que prec
la posibilidad de acabar sus días en esta casa en lu
madre. Porque Marco tenía razón... ¿Cómo podía hacerle algo así a su madre después de todo lo que había pasado? Despu
sita más tiemp
dió
oce para decidirse. Cásese conmigo y su familia vivirá cómodamente hasta el final
uede ha
n nada que
ted puede tener
epende
oj daba la primera d
eza, es su decisión. ¿Abandonará a sus padres en un m
volvió
esté pensando. ¡Oh, cla
al accidente que había acabado con su vida, no hubiera dudado en ayudar. Hubiera hecho lo que fuera necesario para ayudar a sus padres, incluso aunque supusiera sacrificar su carrera profesional o su futuro. Entonces, ¿por qué le parecía a ella tan horrible sacrificarse? Después de todo, todo lo que tenía que hacer era casarse con Marco. Casarse... El reloj sonó de nuevo, haciendo que sus nervios saltaran. Casi había llegado el momento. Casarse sonaba tan definitivo... pero al fin y al cabo, ¿no había pensado siempre en que se casaría? Desde que había nacido, la habían preparado para ser una esposa de la alta
lo
e de pie como con
No debes ser tú quien pague m
le las gracia
Bue
español, evident
ha de
e lo
tó
i corazón y
asta su cara, lo que recibió fue una caricia increíblemente amable en la línea de la mandíbula. Ell
a forma de malg
dio la vuelta.
sí son l
neció
cogido y estén fuera de la
¡N
e dio l
con no? Mis condic
cir que no
loe
ró su
agas, no
o en un gesto para qu
Si
e necesitaría fuerzas si iba a hacerlo. Y no tenía o
o h
se como una nadado
saré co