Mi pequeño y gran secreto
valía. A pesar de su inquietud, ella se mantuvo firme con una feroz determinación de obtener el trabajo. El CEO, se quedó observándola en lo
enormes espejuelos. Por la manera tan correcta y sencilla que viste, se percata que es una buena e inocente chica, muy lejos
¿estás
, s
nes n
oco,
, conocidos que impidan
o era la persona indicada que usted necesitaba. Como ella es muy buena conmigo, al decirme que había cerrado una entrevista con uste
lugar que sea necesario. Tienes que estar disponible para mí todo el tiempo. No te preocupes, te pagaré un buen salario y todas las h
ra de la ciudad. Tengo que tomar dos buses para llegar aquí. Y el último pasa a las once de la noche, despué
ría hacerlo, le iba a ser imposible cumplirlo. Por su parte el señor López se había quedado mirándola curioso, al parecer ella no tenía ni idea que el trabajo que le ofrecí
ue él podría moldear a su antojo sin que ella protestara, sobre todo, no era una belleza que lo persiguiera queriendo meterse e
r López, que había cumplido con la promesa que le hizo a la señora Imelda de no engañar a la chica. -Y eso solo es por ocho horas. Las otras horas restantes que usted se verá obligada a trabajar, agendando mi vida personal en estricto secreto, se las pagaré el doble. Por
que al fin, después de veintitrés años iba al fin abandonar el orfanato. El señor López la miraba complacido, pensando en hacerla su sombra, su confidente y su más fiel aliada en
con sus quince días de prueba? -in
biar en ese instante en que ya el señor López asumiendo que ella había aceptado le
, hasta una puerta en un costado del despacho que daba a otro -esta es su oficina, como ve, tiene de todo lo que pueda necesitar, su t
do lo que dice mi ex
este rojo es para mi vida personal nocturna y es muy confidencial, y solo usted tiene derecho a responder por él. Esa es mi agenda privada, que nadie debe ver
ad. Por eso, aunque asentía a todo lo que le decía el señor López, estaba muy lejos de comprend
dida. Y nunca, escúcheme bien, ¡nunca me repita la misma mujer! ¿Entendido? Pero sobre todo, jamás ellas deben saber con quién van a tener esa cita. Espero que la señora Imelda le haya dejado todas las instrucciones de cómo actuar, y esta agenda privada deberá traerla con usted sin perderla jamás. Revísela y mire a ver si tengo algo para hoy, es v
plicado y no le fue difícil cumplir con todas las exigencias de su jefe. Su primer día de prueba todo lo había dejado arreglado la antigua asistente, por lo que solo tuvo que llamar
desto por miedo a que no cumpliera con lo que se esperaba de ella y la despidieran en quince días. También, porque todo le parecía extre
ía que se vio obligada por exigencia de su jefe a mudarse para un edificio más cercano y nuevo. Lo que hizo que su renta subiera, y no solo eso. El señor López q
cita de su jefe, cuando ya estaba list
a presentado un problema y no voy a poder asistir, me da pena avisar con ta
allá. Y precisamente estaba desesperado por ese día, luego de una semana sumamente estresante. Trató de llamar a la señor