Mi pequeño y gran secreto
ntras caminaba tambaleante por el angosto y oscuro pasillo de aquel tétrico lugar. Se
co agraciada. Usaba unos enormes anteojos que resaltaban su fealdad. Desde muy joven, Sofía decidió volverse útil y valiosa a través de su honradez, integridad y bondad. Con el escaso
qué le había ocurrido esta terrible desgracia Y lo peor, es que se sentía culpable de lo que le había sucedido. ¡Ella sola había veni
viera por sus cosas. Sofía sabía que tenía que hacer lo posible por escapar de ese espantoso sitio. Debía e
e lo que acostumbramos a pagar, toma, y esta es mi t
húmeda y oscura. Sin saber qué hacer o a dónde ir, la dejó allí completamente desorientada. Avanzó descalza por la oscura y solitaria calle. En
conservaba la sensación fantasmal de las manos de ese hombre sobre su piel. Las lágrimas
artamento. Y ahora, ultrajada y humillada, deambulaba descalza y perdida en medio de la noche
í misma por haberse colocado en esa situación de vulnerabilidad. ¿En qué estaba pensando? Debió sospechar q
nadie en este mundo a quien recurrir, estaba completamente sola, como cuando era niña en aqu
a perdido todo. Solo deseaba desaparecer para siempre de este mundo cruel que la había maltratado desde el día en que nació
Ho
de mujer. -¿Eres la nueva
ió aguantando las
o a la respuesta indecisa de ella. -Esto es una emergencia, l
n momento lo que le había sucedido y buscando con desesperación el nú
ra? Estoy cansado, sabes que no deb
nte porque su padre estaba muriendo -hablaba lo más rápido que podía, como si
do de la cama y caminaba presuroso por la habitación, en lo que seguía in
, señor, no lo dijo y nunca he hablado con ella antes, no sabría de
regresaré. Yo trabajaré desde allá, ¿de acuerdo? ¿Cuento contigo, Sofía? De que hagas exac
a. Pues por cómo reaccionaba el señor López, parecía que no estaba molesto con ella. Sin que respondiera, él siguió dándole órdenes de lo que debía y no
a. Si su jefe no estaba molesto con ella y actuaba como si nada hubiera pasado,
guien la había engañado y atraído hasta ese sórdido prostíbulo, ¿sería el taxista? No podía recordar su rostro para ir a de
ía dado aquella mujer. Decía "Club Atlantis" y tenía una dirección. Sofía sint
importante, no entendía qué podrían ganar lastimándola de esa forma tan cruel.
e la anterior. ¿Y si alguien poderoso la había elegido como víctima al azar? ¿O tal vez era una venganza contra s
lguien la estaría vigilando. ¿Podía confiar siquiera en sus propios vecinos? El terror de no saber
espués de la llamada de Sofía avisando que su padre estaba en el le
¡Tenemos que ir
o. Durante el camino, el señor López no dejaba de pensar en su padre y en llegar a tiempo para despedirse. Estaba angustiado,
ista donde ya su avión estaba listo para despegar. Al abordar el avión que salía e
ogaba poder llegar a tiempo para ver a su padre con vida por última vez y despedirse apropiadamente. Estaba tan concentrado e
ducha y dejó que el agua casi hirviendo cayera sobre su cuerpo. Talló fuertemente
dejar su piel enrojecida. Se sentía tan humillada, tan impotente. Había momentos en
permitir que esto pasara. Se suponía que era una mujer fuerte e independiente,
tanto llorar y la piel lastimada por el tallado. Se sentía como una cascarón vacío, sin esperanzas. Pero en
una pista, una forma de descubrir quién estaba detrás de todo. Y cuando lo hiciera, se aseguraría de que se pudriera