icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La Pelirroja de los Perros

Capítulo 2 Manuel

Palabras:2210    |    Actualizado en: 23/10/2023

ir ganas de no quitarse las cobijas de encima. Sin embargo, la obligación era ineludible y aunque su trabajo no era el más querido o apreciado, menos aún respetado, alguien debía hacerlo. Generalm

físico era el producto de su bien definida rutina de ejercicios diarios. Independientemente de lo que tuviera que hacer, su paso por el gimnasio cada día era inamovible. Su alta estatura lo había obliga

tiempos terribles, fue su férrea voluntad y su físico saludable y fuerte. Otros chicos de su barrio se perdieron en el mar de vicios que abundaba en el lugar

aber sido desgracias en su vida, pero el

nía mucho tiempo para estar con ellos porque a falta de ingresos de parte de su padre, ella debía proveer para los chicos y todo lo que se requería. Había muchas necesidades en esa casa, pero su madre luchaba a diario, traba

una cuba, cuando llegaba de sus parrandas golpeaba a su mujer por cualquier motivo que le viniera a la cabeza. Era algo tan rutinario como para que los niños llegaran a pensar que formaba

se repetían y hacían un infi

cuando se permitía mostrar algún pensamiento, porque casi siempre su rostro inmutable, era como de granito ante los demás. Había construido su vida sobre los escombros de su niñez y le puso bases fuertes co

n trabajo impecable, pero ninguno podía decir que sentía afecto por él. Nadie había logrado conversar con él lo suficiente para saber si

. Tomó las llaves del bowl donde permanecían invariablemente cerca de su maletín, cuidadosamente colocado a un lado de la puerta, sobre la mesita que para ese fin había puesto allí. En su v

apariencia. Cualquiera podría pensar al verlo que lo hacía por vanidad, pero en realidad, era por ese afán de que todo estuvier

levemente torcida a causa de los golpes recibidos en las peleas de su juventud, la pequeña cicatriz en su ceja derecha, su barbilla fuerte y cuadrada, los labios de

bía faltado a su trabajo, entraba y salía a las horas exactas.

ó del estacionamiento.

arrastró los pies hasta el baño par

lo indomable en una cola, la cual terminó convirtiendo en una trenza, en un intento de aplacar la rebeldía de su fino cabello rojo. Apenas pasó una brocha con polvos faciales por su rostro y aplicó un poco de brillo en los labios, naturalmente rosados. Miró el óvalo de

facciones, se veía como una discutible protuberancia bajos sus ojos. Ella no se consideraba atractiva en ninguna forma, pero su rostro siempre levantado y listo para dar pelea si la buscaban, le daba una apariencia hermo

no le dió mayor importancia a que el sweater y la fal

do alguien hacía un comentario sobre su indumentaria. Para ella la

nunca salió de su habitación sin la ropa, el maquillaje y el peinado perfectos. A veces Alex tenía la impresión de que su ma

adas cosas importantes como para p

tura o antigüedad de la casa para comprar comida para sus perros o pagar facturas del veterinario. Y cuando alguien

s, llegó Ariana, su amiga y compañera de trabajo, quien cada mañana la recogía en su auto para i

! -gritó desd

ndió desde

a tomar ca

tas para los chicos y llenaban los recipientes del agua. Si alguno requería

largo gotero, Alex le suministraba el analgésico recetado. Ariana entró a la cocina y se sirvió café en una taza y luego tomó la lista

r esto a tiempo si no tuviera tu ayuda. C

" a Adrián y cuando le coqueteo, olvida la hora. Es tan lindo...- la joven so

ca. Los ladridos y gruñidos eran ensordecedores. El gato alcanzó

ventanas. Y pronto el escándalo era peor con los perros y las personas gritando improperios. Finalmente, el gato dió un salto desde la ra

ni el ruido ni los olores que producían. Era cuestión de tiempo. Alex se disculpaba con todos y trataba de agradarlos horneándoles galletitas en Navidad y haciéndoles favores, como cuidar de sus mascotas cuando salían de viaje. Pero sabía q

das entre sí? Era la pregunta que se hacía Alex cada vez q se encontraba en esa situación, pero era una

con sus juegos normales, sin saber que es

n al auto y se dir

ía de estos te van a denunciar, no sé cómo no lo han hech

ro no sé qué hacer, le he

dos de cada trein

No es justo que me

te juro que entiendo que los quieras, yo también amo esa manada de

piensan que ya

, llegare

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 - ¡Esa mujer es un peligro!2 Capítulo 2 Manuel3 Capítulo 3 No te metas con mis perros4 Capítulo 4 Otra loca por los perros...5 Capítulo 5 Amigos...6 Capítulo 6 No mordemos...a veces.7 Capítulo 7 ¿Un café 8 Capítulo 8 Qué extraña mujer!9 Capítulo 9 Hola Mauricio10 Capítulo 10 Una gran feria11 Capítulo 11 ¿Problema resuelto 12 Capítulo 12 ¿Ella lo sabe 13 Capítulo 13 Un hombre muy agradable14 Capítulo 14 Bonita familia15 Capítulo 15 Recuerdos16 Capítulo 16 En aquella plaza17 Capítulo 17 La protesta18 Capítulo 18 La invitación19 Capítulo 19 ¿Ese Mauricio Villarreal 20 Capítulo 20 Lo inesperado21 Capítulo 21 Una gran sorpresa22 Capítulo 22 La tía Carlota23 Capítulo 23 Enfrentados24 Capítulo 24 Una diosa roja25 Capítulo 25 Cosas están pasando26 Capítulo 26 De camping27 Capítulo 27 La jugada de Isis28 Capítulo 28 Complicaciones a la vista29 Capítulo 29 Bienvenido a casa30 Capítulo 30 Temores31 Capítulo 31 La chica de la fotografía32 Capítulo 32 Sé que dijiste que no, pero...33 Capítulo 33 ¿Me perdonas 34 Capítulo 34 Extrañando35 Capítulo 35 Querida Ariana36 Capítulo 36 Felicidades, papá...37 Capítulo 37 Pensando en cambios38 Capítulo 38 Hay algo que debo decirte39 Capítulo 39 Una extraña fotografía antigüa40 Capítulo 40 Becca41 Capítulo 41 Descubriendo verdades42 Capítulo 42 ¡Soy una mentira!43 Capítulo 43 ¡¿Quién eres tú !44 Capítulo 44 Lágrimas del alma45 Capítulo 45 ¿Te casarías conmigo 46 Capítulo 46 ¿Enloqueciste o qué 47 Capítulo 47 Problemas, problemas, problemas...48 Capítulo 48 Manuel o Mauricio49 Capítulo 49 Puede besar a la novia.50 Capítulo 50 Vamos a encontrar a tu hermano51 Capítulo 51 Una sorpresa para Isis52 Capítulo 52 Nunca estarás sola53 Capítulo 53 El día del video54 Capítulo 54 Yo soy Aurelio55 Capítulo 55 ¿Toda una familia 56 Capítulo 56 El abogado eres tú, no yo.57 Capítulo 57 Traspasando los límites.58 Capítulo 58 ¡Se la llevaron!59 Capítulo 59 El rescate60 Capítulo 60 La más difícil decisión61 Capítulo 61 Huellas de Amor62 Capítulo 62 Un triste adiós63 Capítulo 63 Hermanos64 Capítulo 64 Sanando heridas65 Capítulo 65 Soy la suegra, es lo que hacemos66 Capítulo 66 ¿Qué voy a hacer contigo, Manuel García 67 Capítulo 67 Y...¿si me besas