La Dama de la MUERTE
o act
mi cuerpo, fue algo tan liberador y agradable, podía sentir como la debilidad y el dolor abandonaban mi c
puedo
poder hacerlo, aparté las cobijas de una patada, se sentía tan bien el poder mover las piernas,
snudo, tenía unos músculos tan firmes, nuestras miradas se unieron y sentí algo extraño que me re
pequeña habitación; me estaba costando mantener el ritmo no iba a decir que no pero el
do sola, déjame s
esgo a que te caig
dije recordando la tor
has dado cuenta
ier
el borde, se sentía tan bien las gotas cayendo sobre mi cara, estire la mano para tocar las hojas del árbol que tenía al fr
stá
ez tan cálida y a la vez tan fría, cer
r que
para regresar a la habitación, él me quería seguir ayudando, pero me negué así que simplemente me tendió su mano, no pod
s de dormir; una vez secándome los pies, podía caminar con mayor facilidad, tomé uno de los vestidos y me disponía a ir a tomar un
tienes una venganza que plan
señor muerte,
sa sonrisa que me p
ate Va
atención más a eso, llené la tina de agua caliente y me di un largo baño de burbujas, cerré los ojos relajándome, cuando saqué el brazo me sorprendí
brillante, ya no tenía esas arrugas y grandes ojeras, no pude evitar abrazarme a mí misma y llorar nueva
y ansiedad; el vestido me quedaba hermoso, mangas cortas ajustado al cuerpo de terciope
dí ir a mi antigua habitación para buscar algunos, al llegar al pomo de la puerta me detuve y sentí que mi
lo que miraba era mi casa sin duda, pero no lucia como ella, la decoración era tan
in embargo, trataba de familiarizarme de nuevo, volver a mi realidad,
dera, me dirigí a mi habitación; a lo lejos miré que la puerta estaba un poco abierta... recordé a mi esposo Jair... ¿Estaba despie
r cál
al interior, no podía creer lo que mis ojos presenciaban, mi querida amiga Cristina y mi esposo Jair en ropa
mis manos lejos de t
e preocupes, pero n
! Que compre en uno de mis cumpleaños, mire con atención la ropa en el suelo, un vestido negro de noche que u
resultó ser una traicionera y zángana me dolía más que usara mi ropa, mis z
eciendo en la altura de mi pecho para que no avanz
goteaba cerca de mi rostro mientras me miraba con
oz baja, no sabía cómo expresarme, que d
es tu esposo no? Tengo entendido que una infidelidad es más que
rás de la puerta, mis ojos lagrimeaban ante la escena, mi esposo la besaba con intensidad que jamás expresó conmigo, se deshacían de su poca ropa con una desesperación po
, pero todas esas veces que me lo dijo no eran más que mentiras y en tanto
ición será alto y me encarga