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PEONÍA. rebeldía, nobleza, belleza, y amor.

Capítulo 5 Vistas de los Marqueses

Palabras:5253    |    Actualizado en: 28/01/2024

uy entretenida, tanto que tuvo que tapar su boca con la servilleta en varias ocasiones, y a juzgar por las arrugas que se le formaban alrededor de los ojos, estaba cl

cho más fácil escuchar a sus padres, que intentar conversar con ello

hablador, ¿verdad

nota.– comentó por lo bajo Alice,

o el rey,– es muy re

ero escuchar.–

ía la mujer perfecta par

Alexandre, quien de inmediato si

e pensad

esta, me gustaría

educada, bondadosa, entrañable, responsable, puntual, frágil,

ribes a tu madre

presente

a mujer maravillosa, así que, si, t

ndre la miró,– dice que el modelo de mujer p

o mencioné las característi

así que después de escuchar que su hijo la tenía en t

iró, y de inmediato le preocupó,

¿te sien

z de tener un hijo como tú, ¡soy la

ental.– explicó Louis al rey

veo.–

jo Marie limpia

as madres somos así, extremada

el resto de la cena. Cuando terminaron, procedieron a re

unos comentarios inoportunos.– la señorita había comentado algunas insolencias durante la cena, claro, cosas sin mucha importancia, pero que

fuera de lugar, no se preocupe.– dijo la

de hombres, y las mujeres hicieron exactamente lo mismo. Marga no paraba de hacer preguntas sin sentido, la reina, quien poseía el don de la amabi

i hijo?, si tiene alguna queja, le pido por favor me lo

n instante, luego habló.–No te

cree, alteza?.– comentó Mari

madre. Volvió la vista hacía ella, y de mane

o Alice, mirando f

í, suponía bien que platicaban sobre su persona, pues era evidente las mirada de ambas estaban sob

le seguridad a usted, alteza, nos alegramos mucho. Pero también debo admitir que nos pre

bien con la labor, además, la mayoría del tiempo permanezco aquí, en

eso, alteza.– dijo M

dije hace un rato, sobre que en un futuro tendrá muchos pretendientes, es verdad.– frotó sus manos sobre su vestido,– estoy segura que serán caballeros bien pa

inaba hablar, eso no le molestaba, al contrar

so casarme.– comentó A

tampoco me agradaba mucho la idea del matrimonio, p

e de que se

piró, mirando a

mo saber si es la persona correcta?, ¿cómo saber si está e

Marie,– pero por alguna razón

– dijo Alice,

también se siente vulnerabilidad, miedo, pero a la vez existe una fuerza enorme en el inter

la princesa iba en aumento, así que decidió poner sus cinco sent

también sentirá lo

correspo

comp

pondido, en algunos casos, so

supongo que

pero no para

be hacer en

ar por ese amor.–

a.– dijo Alice c

intentando entender lo que Marie decía, pero no lo lograb

o en uno de sus libros, que todos estamos unidos a una persona, sin importar el lugar, distancia, o tiempo, tarde o temprano están dest

inados a estar j

n acto de amor, inclusive, es el acto de amor más grande que existe.– Las palabras

orq

lo mismo, y no podría ninguno ser feliz. Es por ello, que prefiere alejars

el amor es la fuerza más poderosa que existe, se

ás grande, pero no por ello puede for

de con la persona que está ena

vida.– resp

fácil.–Sus

– negó,– Solo... continúa, aunqu

mando a esa perso

s el amor, todo lo espera, y todo lo soporta. Prefiere negarse a sí

protestó Alice, co

urdo?,– preg

adre.– r

hablábamo

– interrum

a?.– dijo

bablemente mañana sea un lindo día

reina,– ¡santo Dios!, l

descansar.– dijo el rey.–Mañana ser

hablan, tía?.–

ada año en el bazar de l

r fondos para los más neces

ba punto de invitar

Marie,– estaremos en

guiar a los marqueses, y a la señorita Charpentier a las habitaciones. Debía

eñorita Charpentier resonaban por los pasillos, y eso que apenas había comenzado el día, cruzaban apen

quel árbol fuerte era cómplice de sus escapadas, Alice sonrió, al recordar sus

tación,–Gracias a Dios, ya es

la princesa.–¿a qué se debe tan gran milagro?.– p

rtes carcajadas, era de nuevo la señorita C

ndose sobre el sommier,– No he podido completar mi

pentier, por darme una ayuda el día de hoy, me

.– dijo Alice

tre sus manos tres vest

si te parece bien.

ia –harás que tu padre s

o, no contigo.– acomodo la

a tus obligaciones, y no me estas ayuda

antó la mirada,–

!,– exclamó sonrient

r con todas sus fuerzas para lograr que entre en la bañera, ya que se rehusaba a aban

bellos, y entre las largas trenzas enredó algunas paniculatas.–creo que he

do una eternidad.– apoyó el codo sobre el apoyabrazos

fuerzo es menospreciado

a la puerta. María abrió,

net.– saludó con la elegan

verencia.–Se ve muy bien el día de hoy.–

ó algo incómodo,–La reina las

aria con una sonrisa boba. Ese era el efecto

evantó una ceja. Se abrió paso y entró a la

mirando a Alice, quien dorm

er la imagen, no podía c

ijo María,

pido unos minutos más.– s

ra.– habló Alexan

iró a Alexandre con pavor, luego pa

tener una horrible pesad

ueños, pero su madre la espera,– miró el reloj– hace ya

ame, aún sigo en esa horri

cuentra despierta

es real.– dijo mordaz, m

rrible pesadilla, alt

cen pensar eso?–

nir, así que decidí hablar, antes de

a Alexandre,–...que su

dose rápidamente en pie–No deb

rdo, alteza.–

ión con una actitud presu

carruajes se encontraba, La reina Charlotte, la marquesa Marie, la princesa Alice, y la señorita Marga. En otro, Alexandre en co

stócratas, El evento de beneficencia, había atraído a importantes personalidades, como la famosa d

ortando algunas peonías y rosas, siendo las primeras sus favoritas. Pero, aún cuando su mente deseaba estar lejos de esas personas refin

mejillas y la mandíbula adoloridas

todo lo que quieras.– dijo la reina

y Marga, mientras ella se quedó parada en la ent

dónde quieres empezar?.– Alice se habí

o Alexandre un

ó cuando escuchó

reguntado , ¿por dónde le g

azo al lugar,– por allá,– señalo ha

.– dijo Alexandr

go rato escogiendo libros, in

e su estructura era en madera, y por supue

n amable de ir por alguna

lteza. ¿Qué bebi

?.– dijo, sin quitar la mirada del

.– respon

rió con picardía. Librarse de Lord Fontaine había sido más fácil

de bebidas, y ordenó dos vasos

de un hombre elegante, alto, rubio, de ojos color azul celeste, cruzaba unos cincuenta años de edad

sugerencia.– s

Thomas muller.

uller.– dijo Alexandre, sin

ltó una carga,–la pregunta es bastante tonta, es evidente de que si lo es, digo

io.– contestó sin mirar al hombre,

te tiene.

fiere?.– preg

enes que prestan servicio son enviados a defender las fronteras, los

d?.– preguntó Alexandre, al nota

un pequeño pueblo cerc

paso, o, r

aunque viví hace va

ntainebleau, la mayoría de su población se

no vino por

uí por pura casuali

traen a Paris?.– preguntó

a conseguido tener la

Y, dígame joven, ¿

Fontaine.

han ubicado aquí, y no en las fronteras.– dijo Thomas,

on sospecha,–Creí escucharle

bien, Lor

sabe quién es mi

Fontainebleau, es bien conocido por su gallardía, excelente desempeño militar y político. Ademas, es

uena información

ontaine es muy

a barra, en ese momento recordó a Alice. Rápidamente levantó la vista hacia

e agradable. Pero tengo que ir a cumplir con mi deber.– Dejó los dos vasos con agua sobre la b

o mire a la princesa caminar hacia la salida.– Alexandre lo miro, a

tar en aquel lugar era abrumador, incluso por un momento sintió que no podía respirar. Caminó por algunos minutos hasta llegar a una calle angosta, cuando llegó al final de está, cayó e

iado de prisa,–

r el camino de regreso a la calle principal, pero no puedo avanzar, ya que el h

decidió hablar,–¿Q

o, pensé que era

úe mi camino.– p

ué deb

real debe estar buscándome en este momento. Y,

s palabras.– No tendré ningún problema, porque le aseguro que la guardia real no la está buscando,

– volvió a pre

na escoria.– dij

unca antes habían insultado a su fa

table, ¿cómo puede decir

zó,– Son cucarachas, asquer

der ante los horribles in

sas tan horribles

–Tiene el descaro de preguntar.

dre no es lo que us

roba todo el dinero que re

hacer ese tipo de acusaciones,

– Negó,– cada palabr

el bazar es para ayudar a los

n la periferia a recibido ninguna ayuda.– dijo furioso,–Y, no conforme con robar el dinero, El rey env

ser verdad.– s

bolsillos, y también los de la alta sociedad a costa de los pobr

os con las manos.–soy testig

s, para hacer correr la voz de que si hace actos

odo lo que dic

ice pudo ver en los ojos del hombre que no mentía, sin embargo, no podía creer que su padre fuera capaz de c

o Alexandre a espaldas del ho

con rapidez parándo

,– Lord Fontaine,

incesa,– amenazó Alexandre de nuev

de su espada, Lord Fonta

do, ese ladrón no va

así que, guarde ahora mismo su espad

bro, no sabía porqué la pr

pero no puedo obedecer su o

es obedecer, así q

rincesa, le debía obediencia. Así que a regañadientes guardó su e

de nuevo al hombre,–Le prometo que voy a investigar lo que usted me ha dicho,– dijo en voz baja, sacó de su dedo anular un anillo con una esmeralda de tamaño promedio.– Tome

udeó,–y... le pido me disculpe

– dijo Alice dán

corriendo, llevando consigo e

a un ladrón?.– preguntó A

señor.– pidió severamente.– y con respeto a su pregunta, no tengo porque

de un modo o otro, usted

o de comida digno para sus hijos, y sabe ¿por qué?.– Alexandre negó con la cabeza,– Porque no se está dando buen uso a

mbustero, solo lo dijo para causar lásti

segura de q

tar segura de q

jos, cada una de sus p

dre,– Solo se aprovechó de su inge

me cuenta cuando alguien miente. Lord Fontaine, voy averiguar lo que está pasan

¿a quién culpa de robar l

udó al c

– insistió

.– Susurró, ba

s?, Lo dicho, ese hombre es

bre honesto, pero debe haber algo más, sospecho de que hay alguien actuando en la

trar el dinero son personas de confianza, y muy adine

ativa por algunos s

ra su propio beneficio. Sino para enemistar al pueblo con su

ación, pero eso es imposible, insisto. ¿Quién podr

pero lo voy

rimero debemos informarle al rey sobre esto, y q

rle nada de es

que si pue

dijo fijando su mirada en los h

ero no podré obedece

ecutar a ese pobre hombre.–Alexandre la miró incrédulo,–El hombre dijo, que todo aq

lado que he escucha

. Por favor, le pido no

negó, dio la vuelta c

re.– dijo Alice corr

el comportamiento de Alice como desvergonzado. Era muy mal visto ver a una joven correr detrás de un hombre, y más aún

lo había hecho.– Alteza, baje la voz, por favor.– pidió en voz baja,– ¿no se da cuenta de que todos nos están mirando?.– intentó tomar una po

to Lord, pero le pedí gentilmente que se detuviera, s

entonces si lo fue.– simuló una sonrisa hac

le a mi padre sobre lo ocurrido

e, incluyendo el que usted se haya escabullido fuera

a sonrisa amigable,– Si usted no le dice nada a mi padre, y, cuando digo nada me refiero absolutamente a

be, si le hubiera ocurrido algo malo, no qui

familia, estoy segura de que no hubiera

ocuras que hace, por supuesto que tomaría represalias, i

e había ocurrido. El joven tenía razón, fue un acto

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