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PEONÍA. rebeldía, nobleza, belleza, y amor.

Capítulo 9 Periferia

Palabras:5441    |    Actualizado en: 28/01/2024

tó el joven, le dio un último mordi

dado?.– preguntó

pasó la mano por la cabeza, d

mientras observaba

mó,– ¡vaya!, las cosas se

mbras con

rae por aquí?.– interrogó fing

de las que prefiero no hab

es algo, Alexandre, soy muy comprensivo,

eguntó Fontaine, mientras pelaba

e aquí no les agrada las personas nuevas.– habló a m

tas decir es que, estoy metido en

erdad no lo sé.– arrojó con fuerza lo que le qu

nterrogó Alexand

ejemplo, tu navaja,– señaló con el dedo p

a gente supone cosas

aben nada sobre ti, a mi no me importa, como ya lo mencioné antes, pareces buena

o lo dices, las cosas no son fácile

de lugares, entonces no te importaría decir

ensajero de las personas desconfia

el cuello. Eso suena más a un intercesor que a un mensajero, ¿no lo crees?.–se acercó a Alexandre quedand

tonces debo agradecer a ti el que aú

so es bueno. Creo que vas a sobre

bastante

dos semanas con vida en este

¿qué es lo que qui

, como ¿Quién eres?, ¿familia?,

hasta que....– se le cerró la voz, guardo silencio. Debía esforzarse en que su historia fuera creíble.– Bueno, es difícil.– dijo retomando el aire

hubiera pasado, lo siento.– dijo

iero olvidar y sanar

ué quieres rehacer tu vida aquí?. Es decir, este no e

ás he escuchado qué las muje

ys. Te voy a llevar a la casa de Rosario, ese lugar está lleno de chica

conocer ese lugar antes d

ijo Francisco, pasando su bra

, n

todo soy quién te ha mantenido

o que no teng

entre risas.– soy tu única opción, tu se

ré. Nunca olv

ugar, y desde el día uno cayó en la cuenta de donde estab

l cielo vio a Francisco, un joven un poco mayor que él, no mucho, quizá solo un par de años. Se balancea

o?.– pregunt

evantar la mirada. Decidió quitarse l

estúpida, el pozo debía tener varios metros de profundidad. Teniendo en cuenta el miedo que reflejaba el joven y el hecho de que la bolsa ya debía haber tocado

- comentó Alexandre, dand

es,

cuántos

ro creo que unos trei

profundo. Debes

o.– dijo Francisco l

muy especial, digo, como par

la bolsa no me importa en lo más mínimo, lo que

s en esa bolsa?.– pregunt

tó Francisco, par

nadador, no recom

debo confesar que prefiero morir ahí dentro,– señaló el inte

uena nada

elegir, la verdad prefiero morir

, creo que es mi de

preguntó Francisco co

azo al interior del pozo.

caer de nuevo

en ser buen nadador, apenas podía quedar a flot

interior de la bolsa?,

un suspiro,– No

da q

l interior del pozo, intentand

ida, antes que buscar una

os de plata

aja tenga cien francos de plata?. Con solo ver las fachas de Francisco, se podía s

o.– comentó

tienes qu

dijo Alexand

e los dos es buen nadador, y supongo que no llevas en

...– Alexandre busco en su bolsa y sacó una

con emoción, sin tener la más mí

o extremo a su cadera.– Atala a tu cadera.– le indicó. Francisco lo miró confundido, pero a

que salte?.– pr

saré todas mis fuerzas para ay

si no logro s

no dejaré

co

ltar sin ninguna probabilidad de regresar a la supe

ro de que me ayudarás a salir?, ¿cómo estoy segur

jiste, si no la recuperas igual vas a morir y de una fo

a de Alexandre al pozo

e quedare aqu

odas formas soy hom

isión. Vam

sus pulmones de air

a, Alexandre tiró con todas sus fuerzas para ayudarlo a salir, fu

logró su objetivo, recuperar la

y lo recostó en el suelo, hizo cinco presiones torácicas, y repitió varios golpes en la espalda. Por fortuna todo salió bien, F

nadar.– bromeó Alexandre, in

o a reír, y una q

rtía tanto la idea de

creer, estoy vivo, sabes lo feliz que

ho antes que

¡Eso fue increíble!,–soltó otra carcajada,–No puedo cree

dudabas?.– inte

scó la cabeza,– no se pued

a tienes en

no, y ¿cómo

exa

ma Alexandre, ¡vaya! Es bueno saberlo,

francos de plata.– dijo Alexandr

míos.–

de lo contrario, perderlos

gente.– dijo

buen lugar dónde pu

ntes, responde una c

ablecerme.– hecho un vistazo al red

mes buen lugar.– comentó–Entonc

mento, me gustaría un lugar pa

des quedarte en mi

miento, no es necesario, pued

éeme, es mejor que pases la noche en mi casa, en realidad n

igo vive

ive con ellos en otra ca

zar tu hospitalidad, además

jo tomando la delantera,– oye, po

aci

cho.– comentó asien

un r

o como ese.– bro

n más facilidad. ¿Confiaba en él?, por supuesto que no, pero debía de hacerle creer de que así era, y por supuesto, también ganarse su confianza. Algo que no era muy difícil, Francisco era un buen ho

dando saltos por la calle,– ah! Había o

de tu propiedad?.–

teralmente mía, pero cuando estoy en el bar ella solo tiene oj

. ¿Algo más qu

es para pasar la noche. Puedes meterte

avorito está en el lugar, por

me gusta de ti, eres muy intelig

go m

iempo a nadie, ya sabes, para

la chica equivocada, y no ver

en la entrada,–ah

cisco introducía la lengua en la boca de la pelirroja llamada Rosa. Las mujeres con ropa provocativa caminando por todo el lugar, vestidos con colores vi

preguntó Francisco, de

ectamente.– con

reguntó, después de mirar que

chicas.– mintió. Alex

son precios

sin más

dos la llaman susi, es la chica más sexy de este lugar, y mira, no te

sexy de este lugar era y

n. Susi es la chica más sexy de este

no pudo ev

logrado ponerme celos

un beso, se acercó al oído de Alexandre,–Ve a por Susi,

a. No quería pasar la noche con una prostituta, él no era ese tipo de hombre, pero comp

ece que esta

ce calo

staba la rubia de ojos azules. Agarró un jarra de cerveza qu

rubia, con voz s

del que to

ue era tan famoso.– dijo intentando disim

llamada Sara, era una mujer fogosa, y muy hermosa, con ella tuvo su primera experiencia sexual, se podía decir que ella fue su maestra en la sexualidad. Hasta el momento,

po que sus ojos hayan visto, ahora puedo ver que no exageraba ni un poco en decirlo.– dijo deslizando su pulgar por la barbilla

mbién tienes un rostro muy bello.– bajó la

él puso resistencia.– Esta noche será un regalo especial de bienvenida.–Tiró nueva

cerlo sería bastante extraño. Por supuesto, dejando a un lado lo caballero, poniendo en primer plano su masculinidad y posición de hombre tentado por una hermosa mujer, el deseo de pasar la noche con aquella hermosa mujer crecía cada segundo, sumado al

n vestido hecho de retales de gasa color rojo que apenas le cubrían los muslos. La mujer agarró el borde del vestido y lo subió hasta las caderas, mir

reguntó mientras deslizaba las ma

idió, mientras abría las piernas. Br

para si. Su propietario debía estar muy satisfecho por

l de una pluma, la despojó de todas sus prendas, besó, mordió, y lamió sus pechos, acarició cada parte del cuerpo, la piel de la rubia quemaba y eso era excitante, le hacía desear más estar dentro de ella. Y así fue, sin dar más larga al asunto se hundió en ella, una y otra vez, los gemidos de la rubia le satisfa

s todo un semental

Se abrochó el cinturón y dió un paso hacia la puerta, decidido a salir de aquella habitación para averiguar lo que pasaba. Per

conmigo, No salgas,–

é oc

ser

e la habitación s

que pedía ayuda, pero no podía hacerlo, no podía meterse en problemas, tenía una misión que cumplir. D

jame salir de aquí.– gr

de una chic

ónico, ¿no lo crees?, el dueño de un bar lleno de prostitutas, exige a su hija comportarse como una santa paloma. ¡Que cara dura!,– e

rónico.– di

tación, quiero pasar

unas cosas importante

nte, como para no querer pasar

me encantaría queda

ejor noche.– se lamentó,– al menos me queda el c

o Alexander

es tu nomb

volviéndose de

, estaré disponible para ti.

spidió con un g

a donde estaba Francisco, que de

quería arruinar la felicidad de su amigo, así que tomó l

e

gresa con susi, termin

ado suficiente

no era ese tipo de hombre, él era un caballero, tener sexo con un

jo Francisco m

poco.– dijo Alexander,–

e te vayas, e

vió la vista hacia la ventana, miró un corsé

ser.– dijo

?.– pregunto Franci

go, tenía en la montura el símbolo real, y

agarró a Francisco y lo sacó

oco?, ¿estás ebrio?, es eso, ¿ya te embr

stoy

te sucede?, no ves que

ló al animal,– ¿De

sea de alguien de por aquí, se ve

mira,– dijo acercándose al animal, señaló la montura

aquí, además si así fu

xander, agarró el medall

o mas preciado, Co

e.– s

l cordel de la princesa

– preguntó Francisc

e temía

r la razón por la cual el caballo de

ayos es Alice?.– p

contesto d

, no comprendo nad

z, francisco no podia saber conocía a l

ro. Regresare

ndido. – No, espera,– hizo que se detuviera,–Regresa ahí ad

quieres que

abló fuerte perdiend

, cuando lo haga, debes prometer que me dirás la razón

o necesito prime

o,– dijo Francisco, y entró a la casa Rosari

d de que aquella joven pudiera ser Alice. Cuando ese pensamiento llegó a su cabeza se sintió indignado, la sangre le comenzó a hervir, de ser verdad lo que cruzaba por su mente, juró no dejar a ningún hombre con vida en ese maldito bar. Camino hacia la entrada dec

ión e intentaba compararlos con la voz de Alice, con la esperanza de estar equivocado, y de calmar un poco su

n sobre el animal

ue Francisco tenía que decir, o simplemente continuar

delantó la pelirroja.– lo traj

jo?.– interrog

ente, uno que está mu

.– preguntó con tan sol

go.– habló

o de la casa en

la casa en la que vivim

e ¿dónde saco é

uen

no,

é de tranquilizar a este caballero.–dijo francisc

lo miró in

re con ese animal?, ¿Porqué quieres saber sob

o sincero cualquiera que fuera la respuesta, francis

í a un

, con

s su c

que ese es

solo lo sé.– co

iña, y ese mismo caballo,– volvió a señalar,–evidentemente por su placa y montura, pertenece a la realeza, en

co no era tan tonto y tan fá

, entendiste muy

dos, ¿por qué rayos conoces a una niña de la realeza?, y ¿Quién es esa niña?, ¿Q

fallan, esas fuer

ije que serían dos, p

es es mi turn

ero que sea respues

tas no era lo que realmente le i

ómo había llegado el caballo de Ali

tió francisco, tomando u

asustada, así que no dudé en ayudarla.– mintió. Debía

l lugar preciso para ser un

sup

iembro de la realeza?, es

ña.– aclaró

a,– susurró,– Ent

pero que en ese momento estaba asustada, y arrepenti

ento!,– comentó francisco c

adecerme de una

que... olvídalo, enton

, pero supe que pertenecía a la r

ayuda

n pase y la reconozca, entonces esperé escondido entre los arbustos,

ue este caballo es el mi

to un mensaje, aparentemen

tia y leyó lo escrito en la

a niña?.– pregun

ncontrar a una buena persona, y haya sufrido daño p

aclarar, solo roba a los adinerados, aunque teóricamente eso no es robar, es traer devuelta lo que nos pertenece, porque aquí los únicos ladrones son ellos, que llenan sus bols

averiguar al

adres, disfrutando de un delicioso banquete. Mientras que tu estás aquí preocupado, matándote la cabez

razón, per

o compasión de mi. Hay muchos niños desamparados, y ¿Qué hacen lo

isto tanto niños sin hogar, y tanta pobreza como en aquel lugar. Sabía que la pobreza existía, pero nun

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