La chica de las caras rotas
a materia de lengua castellana, pero nunca le dije lo que sentía, tampoco nunca tuve intención de hacerlo. Al principio pensé que era por vergüenza, después descubrí que se tra
uchas veces que mi cuerpo temblaba y jugaba c
, es un plan que vengo organizando desde hace mucho. Iremos a cumplir una met
or completo. A veces pensaba que daba clases allí a los niños porque quería estar cerca de él, observarlo, conocer sus maní
los refuerzos al grupo de niños. Hacía lo que fuera por no estar en mi casa y soportar a mi padre. Me entristecía por mi madre que copiaba a mi padre en
n con sus ojos color café. Y yo, como muy buena tonta, no era capaz de hablar con él, nunca llegué a dirigirle la palabra, a
llo mis labios se entreabrieron y mi corazón palpitó como l
levó una mano hasta su mejilla y lo acarició. Yo no podía ver su reacción, pero estaba segura q
enía posibilidad alguna de llegar a tener algo con él o que al menos llegara
ás de ellos, observándolos a la distancia,
e despedí de todos los niños y limpié el salón, to
árboles de robles florecidos que dan una pomposa panorámica; una mu
rseguir a los hombres, sino esperar a que lleguen a nosotras... Me gustaría aclararle a la persona que dijo eso que hay algunas excepciones: nosotras, las desgraciadas en el amor que nada nos sale bien, creo que deberíamos amarrarnos bien un moño y salir a buscar al hombre de
eciar las rocas en su interior. Recuerdo que hace un año atrás una mujer se aventó con su hijo de aquel puente, yo no lo
a gran altura y dicen que nadie queda vivo si llega a lanzarse desde este puente, por eso creo
ojos cristalizados estaban a punto de derramarse. Saqué el celular de mi bolso que colgaba en mi hombro derecho y
n la pantalla el ícono en WhatsApp de un grupo de lectura en el cual estaba incluida. Tengo
compa
subí una pierna al peldaño metálico y una fuerte brisa sopló desorganizando mi cabello. Por mi ment
que me desconcertó muchísimo. Revisé la pantalla y mi confusión cr
segundos, porque nunca en mi vida había recibido una ll
ar mi voz lo más que pude para que
lgo ronca y con tono un tanto tranquiliz
llamaba, pero después mi corazón dio un vuelco al recordar que acababa de despedirme en e
rdarte que hay muchas personas que te quieren y se preocupan por ti -
ndo? -inquirí tajant
n tu mensaje que estabas a punto de hacer algo que... bueno, sabés muy
ólo... envié ese mensaje porque... Porqu
como te llam
í.
o todo un año, murió de hepatitis, no pudimos salvarlo, se ll
l punto -sol
ero de travesía. Sé cómo te sentís, parece que no hay salida, que no encontrás la solución a los problemas y mucho menos a alguien con quien hablar. Sé que no nos conocemos, que vos no m
res psicó
estudio cine y
te de una de las carreras más locas que había conocido; ahí la razón para que
no tomés esa dec
l puente y solté un bufido al ver que se detuvie
a lo arruinaste tod
radable sentimiento en mi pecho, me sentía avergonzada por lo que estuve a pun
taba despidiendo y algunos de ellos tuvieron el impulso de escribirme al interno preguntándome si estaba bien, si podían ayudar
, podía llegar a interesarle a alguien en un rincón del mundo. Pero eso era un arma de doble f
maginas el alivio que me da el
perro husky siberiano. Fácilmente deduje que se trataba de Gabr
oria. Sin saber que Gabriel sólo era un escalón que debía subir pa