Hechicero de sirenas.
le, sentía un vacío en el estómago y me temblaban las
nterponiéndome en su
siguió caminando -si no quie
calle e hizo eco haciendo que Walter frenara en seco -morirás - añadí, él se dio la vuelta despacio hasta quedar en frente mío. Sus oj
do, estás siendo un exag
a a pelear contigo y que me dieras una paliza - d
s eran fuertes y firmes. Me quedé parado viendo cómo se alejaba. Él no estaba enojado, claro que no
en determinado momento me t
y comenzó a caminar hacia mí con una sonrisa de "que idiota" marcada en la
s direcciones y yo hacía gestos de dolor. Dejó mi pie en el suelo y ayudó a ponerme de pie -Vamos, camina - me dijo haciendo un ademán hacia él q
unté con un g
cojeas del derecho - dicho esto, emprendió de
? -le pregunté más calmado y él n
aciones, y quería hacer una última locura en mi ciudad con m
daremos. Me aseguraré de eso - en su cara se formó una sonrisa maliciosa, sus mejillas ya estaban rojas por la emoción m
... ................
onte mientras observaba el atardecer. El sol en agonía que se hundía lentamente en el océano dejaba una manta rosa y naranja que se esparcía como pinceladas d
para llegar a la orilla del mar cu
bligando a hac
solo - contesté también
e en la arena y señalando hacia un pequeño edificio que se veía a lo lejos como u
ensado - dije sen
, Walter y yo nunca teníamos silencios incómo
unté y pude notar como s
Debe ser para que me aleje de él - levantó la mirada con ne
gunté mientras me ac
oria larga -asentí poco convencido
ión se hizo más amena, tanto que mis carcajadas resonaban y Walter hacía adem
a un paso de pisar el muelle que se adentraba unos treinta metros mar adentro y Walter fue el primero en empezar a avanzar, le seg
a habían vuelto a encender su luz, ¿
on mi fuerza de voluntad para no volverme y correr haci
tan mágico como lo había imaginado, esperaba algo más cursi. Pero el hecho
en el borde y descolgaba los pies. Palmoteó varias veces
lara del pie, había, desde el muelle hasta el océano, una caída de más de cinco metros, desc
verdad -su mirada se
rmaneció serio. Subí uno de mis pies deja
o fuera algo gr
ando -le apreté el homb
ijo y un frío recorrió mi cuerpo, Walter siempre había sido una persona
unas lágrimas casi escapan de los suyos. Asintió de una m
stro y secó las lágrimas con el dorso de su m
n y me dijeron que el diagnóstico había sido diabetes y me hicieron p
bromeó -fue
ué tienes? -comenz
. -los doctores dicen que hay un porcentaje alto a favor mío - continuó -por es
te antes? -traté de sona
ellos de inmediato -se limpió
ra sido m
morir, los doctores dicen que con la quimi
-¿Entonces te quedarás
pon
es dinero para irte a visitar
- dijo casi sin poder
ímos por un momento luego el aire volvió a tornarse
e apretaron contra él, sollozó por unos cuantos segundos sobre mi hombro y luego me sepa
-me iré, pero volveré - respiró profundo
ndo t
tendremos todo el día para
nos -le dije -¿qu
-larguémonos de aquí, si he de morir no será por sirenas asesinas - ambos
garre fue fuerte. Todo sucedió tan rápido que no pude soltar ni un solo gemi
espirar, pero el agua me llenó la boca, la presión no cesaba en mi tobillo y me arrastraba más hacia el fondo. Traté de abrir los ojos y antes que el agua sal
ó a mi tobillo, forcejeó por un momento y luego el agarre que persistía en este desistió. Comencé a nadar hacia la superfi
tan profundo, que el inhalar sonó como un grito que reb
e grité -¡
rápido en mi cuello que me dolía. La sangre circulaba tan rápido, era un roce cálido contra la piel que hacía contraste con el frío líquido. E
n la piscina de la escuela. Los brazos comenzaban a dolerme y de nuevo me tomaron por el tobillo y me jalaron hacia atrás, lancé un grito de terror y pata
ó a emerger una cabellera dorada y húmeda que después dejó ver el rostro m
idad, jugueteaba con su cabello enredado entre sus dedos y mi cuerpo no respondía,
hundió en el agua dejando un pequeño murmullo en el lugar donde había desaparecido, luego salió cerca de mi amigo, comenzó a avanzar hacia él de la misma manera que lo hiz
s, pero no funcionó, solo desapareció en el océano con mi amigo entre sus brazos. Me quedé
he, observaba atónita como Walter desaparecía, y s