El espejo roto
cuidadosamente exhibida en estantes de madera pulida. Entre ellos, destacaba un espejo similar al que Ana había
i casa dijo ana pero con la diferencia de que
s espejos y el que estaba obse
generaciones -comenzó a explicar el hombre, señalando el espejo con reverencia-.
ntiendo un escalofrío recorrer su espalda
s profundos y sus mayores temores. Pero también se decía que el espejo tenía un lado oscuro, capaz de reve
tantes que había experimentado desde que encontró el espejo roto en su ático. ¿Podría ser qu
untó Ana con voz temblorosa, sintiendo que estaba al bor
o responder a la pregunta de Ana. Luego, con un suspiro, comenzó a relatar l
magen más clara de lo que realmente estaba sucediendo. Pero aún quedaban muchas preguntas sin responder, y Ana sabía que te
tió que una sensación de urgencia la invadía. Había encontrado una pista importante sobr
nsamientos y emociones tumultuosas. Se dirigió de regreso a su casa con determinació
a en silencio, como un guardián de secretos olvidados. Se acercó con cautela, sintie
dentrarse en un mundo de misterio y magia. Ana sintió un impulso irrefrenable de tocar el espejo,
te eléctrica recorrer su piel al contacto con el vidrio frío. Por un instante, todo a su alrededor
entamente frente a ella. Una presencia antigua y poderosa que parecía emanar de las pro
ás del espejo roto. Pero antes de que pudiera hacerlo, la visión se desvaneció, dejándol
que acababa de dar el primer paso en un viaje que la llevaría más allá de los límites de