En un Océano de Pasión
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opia comienzan a recorrer cada palmo de su delicado cuerpo, notando su suav
a mirando mis labios a medida que me voy acercando a su tierna y carnosa b
asta posarla en su suave mejilla, y con mi pulgar mimo su piel cerca de sus labios mientras la beso. Mi otra mano viaja por el
, cada mirada, gesto, caricia, está c
o que aún no es de día. Otra vez soñando con ella. Un dolor sordo en mi pecho empeora el de mi cabeza. Casi dos años y no la pu
durmiendo luego de semanas de infernal trabajo pesa sobre mí. Cuando comienza a sonar otra
ruño de mu
mpleaños a mi nieto. - Carraspeo
asurar. - ¿Y por qué me llamas para saludar si cenaremos juntos esta noche? Me resultó
dré viajar esta vez. Feliz Cumpleaños, te amo- se escucha extraño, como si estuviera preoc
?-, pregunto, atento a los sonido
regalo de cumpleaños-, responde, interrumpido por murmullos que no logro interpretar. -Te t
ensé que no hacía mucho me había acostado. Sé que no podré vo
nuestros planes y sus respuestas evasivas me preocupaban, a
ntre los asuntos del trabajo y la incertidumbre sobre lo que está sucediendo c
uces artificiales no lograban ganarle a la oscuridad que provenía de fuera. El día estaba sombrío y helado como mi interior. Nada me llenaba, ni el
cho era lo único que podía percibir, mientras avanzaba hacia el corredor. Al llegar al sector de rec
rprendido, ese golpeteo en mi pecho es el aviso de su llegada. -No
y su presencia un tanto fantasmagórica,
amente. Hay un gran tesoro oculto, algo muy valioso para ti, que debe
era de anticipación, ante la mención de los enemigos, a tal punto que lo del tesoro queda e
deseando desesperadamente más información pero
cosas se ven oscuras en este momento, pero recuerda que incluso en
interrogantes que antes. A medida que me encamino hacia mi despacho, mi mente está
edificio parece más silencioso que nunca, y el mensaje críptico de Xanthia solo sirve
. -Buenos Días Señor Zephyr. Su abogado está en recepción para verlo. - Dice dejando el café en mi escritorio. -También le traigo los documentos q
me pongo de pie para acercarme a la puerta. Veo venir a Andreas y su expresión es
nte para verme. Imagino que
sillones de la oficina, vemos como la secretaria deja los cafés y se retira. Andreas s
todo. - Señala los sobres. -No puedo quedarme para verlos a todos reunidos ya que tengo que resolver algunos asuntos con los abogados de aquí, así que tú se los darás esta noche cuando los veas.- Se pone de pi
información con mis amigos, por lo que fui hacia la sala de juntas, consciente de que había lleg
recepción. -Cita a todos en la sala de reuniones, que
seguido la libertad. Sin embargo, en lo más profundo de mi ser, resonaba el recuerdo del evento violento que sacudió nuestras vidas, del secuestro de nuestras mujeres, de Rafael herido