Una luna, un destino.
amento tras aquella fatídica noche de tormenta. Por un lado, se llenaba d
ullar una y otra vez, anunciando la l
contrara su camino. El camino con el que salvaría el futuro de u
―dice el rey Alfa a su ama de llaves, quien ha trabajado para la familia desde ha
us padres perecieron en el accidente en el pozo de los
ueden amoldar, de hecho, tú me ayudarás, la trataremos como una más de
ene. ―asiente Dorys, encaminán
rescatistas. Nadie puede verlos, o de lo contrario, se nos haría más difícil traerlos con nosotros. Llama a dos de nuestro
, ¿qué haremos? ¿Qué le vamos a decir a esas dos criaturas? ―preg
mente o de lo contrario, perderemos la oportunidad que nos ha traído o el destino o los ancestros, quienes sa
se encaminaba a buscar a los hombres que la acompañarían a buscar a la pequeñ
e los salvó de morir en la explosión, ambos permanecían desmayados a cau
ugar olfateando a los niños, en compañía de l
cando. Tenemos órdenes de no abandonar el lugar hasta que los hallamos e
. Así será. ―responde
cia y algunas voces de los paramédicos, en busca de algún sob
entaron mucho la pérdida de esa familia bajo la tormenta y en la
de un la
dres? ―pregunta Ian al despertar de repente, sobándose la cabeza,
moverse, se sitúa cerca del ni
en aquel sillón, ¿la ves? ―le dice el ama de llaves, señalando hacia la izquierda ―
o está aquí junto a mí? Junto a nosotros, como cada vez que nos caemos o nos hacemos daño ―preguntaba I
u progenitora a gritos, claro que sin recibir respuesta alguna, a e
a de calmarlo, pero al ver que la niña
le algo? ―le preguntó a la n
le respondió, mostrándole el sitio donde sentía dolor
que está buscánd
ciéndole algo que la dej
apá, estaba escrito, él debería entenderlo así como yo. ¡Ian! ―llamó a su he
os, buscando con los ojos al viejo Rey, con la esperanza de encontrarlo cerca, sin embargo, escucha
o pero estoy escuchando a Sarah, lo soñó
s de qué manera irá a reaccionar, es más grande y
en razón, no sé hasta qué punto pero sé q
duele mucho la cabeza y
er como le prometí a mamá cuando estábamos en el auto, ¿recuerdas? te voy a cuidar mucho y te def
no te fuiste, no volaste al cielo como lo hicieron mamá y
le dice, señalando a Dorys ―Mi mamá y mi papá, al darse cuenta que no estamos con ell
cielo, pero eso no me lo dijo esa señor
ver las películas esas que a mi mamá no le gusta que veamos. Ella v
en un sueño de esos que tanto he tenido. Mamá y papá ahora nos cuidarán desde el piso azul, ahora son ángeles que nos guiarán y
¡Mamá! ¡Mamá, ¡sal de donde estás! Ven con nosotros, te prometo que no vuelvo a ver películas de hombr
eaba que lo que estaban viviendo no fuera cierto, sabía en el fondo de su corazón,
muy fuerte que tenían que aceptar y con el tiempo, sanar entre ellos, como lo que son, por lo que te
eguramente, llevaban muchas horas sin comer. Al regresar al salón, los niños seg
para ofrecerles pan tostado y
comer algo, aq
de mala manera, dándole un manotón a
o que haces. ―le dice Sarah al
de esa señora ni
uería, tengo
comieran, pues sé que no es fácil para ustedes, no obstante
suyo señora, déjeme tranquilo, no se me acerque o no re
entrando al salón, visualiza la
tá pasan
es q
me responda Ian. A ver, e
uscando refugio en sus brazos, pues le dio un poco de miedo la reacció
que debes contestar cuando se te hace alguna pregunta y, por supuesto, pedir disculp
paz! ―le gritó el niño mien
uelve aq